Mercè Castro

MIS HERRAMIENTAS PARA AFRONTAR EL DUELO

Al morir un hijo u otro ser inmensamente querido, nuestra realidad se rompe y hay que aprender a re-nombrarlo todo. El proceso es desgarrador, inmensamente doloroso, pero también inmensamente interesante porque nos permite re-inventarnos. De hecho, no tenemos otra salida o nos quedamos muertos en vida o nos ponemos en marcha con la confianza plena en renacer.

 

Cuando las vida nos va más o menos bien cualquier cosa nos sirve para seguir tirando, pero cuando nos pone entre la espada y la pared, cuando tenemos fuego en casa, no sirven las medias tintas y ahora, que lo externo es tan incierto, menos que nunca. No importa cuantas veces nos hundamos, lo esencial es tener la convicción de que volveremos a salir a flote. ¿Pero cómo lograrlo? No existe una fórmula única ni una varita mágica.

 

El camino es largo, personal e intransferible y pasa por dejarnos atravesar por cada uno de nuestras emociones y miedos. Si los ignoramos se hacen más grandes. Hay que mirarlos de cara y reconocerlos. Eso asusta mucho porque por la herida que ha abierto en nuestro interior el duelo intentan salir todas las pérdidas, temores y sinsabores, pequeños y grandes, que hemos ido acumulando desde que nacimos o tal vez antes.

 

Yo no me atreví a enfrentarme con todo esto sola y pedí ayuda no solo a varios psicoterapeutas, también recurrí a Dios, a mis Guías, al Universo, a mi parte sabia, a mis Ángeles de la Guarda, da igual el nombre, lo cierto es que cualquier ayuda es poca y funciona. Pero sobre todo, recurrí al Amor, al pensamiento positivo. Yo no me podía permitir quedarme demasiado tiempo seguido viviendo en la oscuridad, la rabia, el miedo, la culpa o el resentimiento. Todo eso quita un montón de energía y a las madres que se nos ha muerto un hijo nos queda muy poquita, no podemos desperdiciarla. La única forma de incrementarla es viendo la parte buena de cualquier situación, porque el pensamiento es creativo –lo que pensamos hoy acaba creando nuestro realidad de mañana–, lo dicen los físicos cuánticos y lo sabemos todos los que tomamos conciencia de ello y lo ponemos en practica.

 

Cada día tenemos la libertad de elegir quedarnos con la única cosa buena que nos ha pasado o sucumbir al desespero de todo lo malo. No siempre se consigue pero a fuerza de intentarlo la práctica va cuajando y es posible adquirir el hábito. Dicen los entendidos – Patrick Drouot , doctor en ciencias físicas y muchos otros– que no solo lo que pensamos acaba creando nuestra realidad, sino que es el corazón ¬–es decir, lo que sentimos- quien manda sobre el cerebro, los pensamientos. Cuantas más hormonas de bienestar –endorfinas- seamos capaces de crear, mejor nos sentiremos y, si nos sentimos mejor, crearemos automáticamente más pensamientos positivos y, por tanto, más bienestar. Es un pez que se muerde la cola, como también lo es, en el lado opuesto, el sufrimiento.

 

La parte buena del duelo es que, de forma práctica, nos muestra la fuerza inmensa del amor y también de la paciencia y el perdón. Yo soy una persona de por sí inquieta y la poca paciencia que tengo la he aprendido tras la muerte de mi hijo Ignasi. Hay que tener mucha paciencia con una misma cuando el dolor es tan punzante que resulta una heroicidad levantarse de la cama. La paciencia se revela de muchísima utilidad para atravesar el duelo y para mi es un destello de luz al que intento recurrir siempre que me desespero. De la mano de la paciencia entendemos que todo pasa, lo bueno y lo malo. La paciencia es dulce, nos abraza, la impaciencia es un callejón que desemboca en la ansiedad, el estrés y nos paraliza.

 

El perdón, cuando lo otorgamos a los demás y, sobre todo a nosotros mismos, es un don que nos devuelve la calma y la serenidad. Mientras nos resistimos a perdonar o a perdonarnos estamos atrapados en el resentimiento o la culpa y, poco a poco, el corazón se va apagando y nos convertimos en seres resentidos y amargados. De ahí a perder la salud no va ni un paso. En cambio, perdonar libera, deja espacio a emociones sanadoras como la alegría, el servicio, la solidaridad, el sentido del humor, la tolerancia…   

 

Otra muleta impagable, otro destello de luz para atravesar el duelo y reinventarse es la gratitud. Agradezco infinitamente al Universo haber tenido la suerte de disfrutar de mi hijo Ignasi durante 15 maravillosos años. Y, como ahora sé, que de un día o un segundo para otro las personas que yo quiero o yo misma podemos dejar de existir, celebro mucho más que antes poder estar juntas. Cuando agradecemos lo que tenemos nos sentimos bien y afortunados. Sigue leyendo

UNA MALETA LLENA DE AMOR

Desde la Asociación Renacer de Chile, me han mandado este bonito escrito, de autor desconocido, que quiero compartir porque me parece muy reconfortante:

 

Hoy salí de viaje, un viaje rápido y bonito. Aquí es corto, te espero a la vuelta de la esquina, pero para ti sé que es largo. Hoy te escribo para contarte de mi viaje.
Aunque no lo sepas, traje el mejor equipaje que pude, y así quiero decírtelo. Mi maleta ha venido cargada de cariño, de amor que tu me has dado en todo este tiempo que hemos compartido.
He traído también valores, muy buenos valores que tu me has enseñado. Aquí no he tenido que aprender a amar, mamá … porque tú ya me lo enseñaste.
Quiero que seas conciente de la importancia del trabajo que has realizado, has hecho de mí la persona que sigo siendo, y te repito: quiero que lo sepas.
No lo olvides, me he traído conmigo cada juego, cada enseñanza, cada parte de ti que me diste y créeme: eso lo es todo. Así ha tenido que ser y has tenido que ser tú, para poder enseñarme todo aquello que me ayudo y me sigue ayudando ,porque solo tu lo has hecho.
No te preocupes por el tiempo que vas ha estar sin verme, porque ahora me toca a mí.
Me toca a mí, enseñarte y tener contigo la misma paciencia que tenías conmigo cuando me enseñaste a andar: ahora te voy a ayudar yo a caminar sin mí, porque debes hacerlo y yo te guiaré en ello…
Caerás unas cuantas veces, como tantas caí yo, pero recuerda … amorosamente me levantabas y me decías que pronto sanaría: hoy te toca a ti mamá. Te toca levantarte y ponerte en pie tantas veces como sea necesario… es sencillo, me decías, recuerdas? Pues hagámoslo juntos, estoy contigo. Si yo pude, tu puedes…somos uno, sabes?
No te preocupes porque no hablamos, porque tenemos el mejor lenguaje que se pudo inventar: el corazón. No te preocupes porque no nos veamos, porque mi imagen irá a ti cuantas veces lo necesites. No te preocupes porque no nos toquemos, recuérdame tan solo y volverás a sentirme. Abre la maleta de todo el equipaje que me diste, y quédate con eso, pues “eso” soy yo.
Si tú lloras, yo te secaré las lágrimas. Si tú sonríes, yo reiré. Si tú ríes, yo bailaré. Si bailas, saltaré. Y cuando menos te lo esperes, y sin que te des cuenta, habrás sanado y entonces esteremos verdaderamente juntos.
Estoy en cada amanecer, dándote fuerzas para comenzar el día. Estoy en cada atardecer, tranquilizándote para descansar un profundo sueño. En cada flor que se abre, dándole color y alegría a tu vida. En cada carcajada, llenándote de fuerza.
Y en tantas pequeñas cosas, que ahora te pasan desapercibidas. Si no me encuentras, acude a mi casa que es la tuya: tu corazón y alli estaré. Te quiero mamá, se fuerte, por ti y por ellos… ¡Y sonríe que te espero!
Anónimo

AIRES DE PRIMAVERA

Una herida grande como la que produce la muerte de un hijo o de otro ser inmensamente querido, no se cura sin más con el tiempo. El dolor es caprichoso y, de pronto, tal vez al doblar una esquina y sentir un aroma familiar o la calidez de la brisa en la cara, rebrota con el mismo vigor con que despierta la vida cada primavera. Por eso, aunque sean dolorosos, los cambios de estación son buenos porque piden a gritos renovación. Dejar ir, cambiar de ropa y darle la vuelta al alma. Todos arrastramos tantos miedos y dolores, y la vida es tan imprevisible y corta, que vale la pena centrarse en el placer y la belleza antes de llegar a nuestro último suspiro con la sensación de haber desaprovechado una oportunidad preciosa para ser felices.
Y precisamente ahora que todo está tan revuelto y la atmósfera rezuma preocupación y tristeza, creo que a todos nos iría bien crear en nuestros corazones un oasis de alegría y esperanza donde pudiéramos reír y descansar en paz.
El dolor y el miedo pueden servir para despertar, pero no son buenos compañeros para trayectos largos. Si les damos poder y tiempo acaban paralizándonos. Por eso propongo que esta primavera, que ya se huele, tendamos al sol nuestros pequeños o grandes momentos de amor puro, de amistad sincera, de alegría serena… Así, el aire perfumado de las flores nuevas, junto a nuestros mejores deseos, suavizará la incertidumbre y aliviará nuestro desasosiego. En la contra del diario ‘La Vanguardia’ leí que el médico tibetano del Dalái Lama prescribe sonreír sin ganas hasta que lleguen las ganas. Creo que darnos permiso para reír con ganas es un bonito regalo para nuestros seres queridos muertos, un regalo precioso para todos.

HOSPITAL LA FE DE VALENCIA

Me ha llegado este mensaje urgente:
Si conocéis a alguien que tuviera  el grupo sanguíneo AB dispuesto a
donar sangre, decirlo.
En el Hospital Universitario La Fe de Valencia hay un niño de 10 años,
ingresado con LEUCEMIA, que necesita urgentemente unos 12 donantes.
Este grupo sanguíneo (AB) es bastante raro, de ahí el hecho de la falta
de donantes.
Los médicos anuncian que, si los encontraran, sería muy posible salvar la vida de este niño.
Por favor, reenvía este correo a quien conozcas.
El teléfono de la madre ( María Ángeles 963802408 )
POR FAVOR, REENVÍA ESTE MENSAJE A TODAS LAS PERSONAS QUE CONOZCAS.

JORNADAS DE DUELO EN ALBACETE

La Asociación Talitha, que ayuda a las personas que han sufrido la pérdida de un hijo, organiza unas jornadas en Albacete los días 23 y 24 de marzo. El programa es el siguiente (clicar en Talitha jornadas duelo 12):

Talitha jornadas duelo 12

CURSO SOBRE DUELO

El 10 de Marzo imparto un taller sobre el duelo y la muerte en el centre Itaca Yoga Terapias. El curso va dirigido a todas las personas que quieran renacer después de un proceso de duelo con el corazón lleno de amor, y tener más información sobre la muerte para poder amar más la vida. En el curso se darán herramientas para reconfortar el alma y salir fortalecido de las situaciones de crisis. El horario es: de 9,30 a 19,00h. La aportación es de 70 euros.

MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

He recibido esta película ‘NOSSO LAR’, que muestra una visión interesante de la vida después de la muerte

http://www.youtube.com/watch?v=rjSVp1EDz8o

RESACA EMOCIONAL

Estas navidades hizo 13 años que se fue Ignasi y la resaca emocional que me produce el dolor que siento el día del aniversario de su partida, en cada una de mis células, me dura hasta prácticamente finales de enero o incluso más. No es un tsunami terrible y devastador como lo fue los primeros años, pero todavía noto una sacudida fuerte y normalmente acabo poniéndome enferma; este año empecé con un resfriado tonto que acabó en una bronquitis aguda de la que me he recuperado hace escasamente una semana, aunque todavía me siento un poco débil y dispersa. El cuerpo tiene memoria, de eso estoy segura y nuestras defensas bajan cuando los recuerdos dolorosos entran en escena. Lo hacen de forma tan apabullante que, como el caballo de Atila, mi mente desbocada arrasa con todos mis pensamientos positivos y vuelven a campar a sus anchas los malos augurios. Yo sola no puedo con todo ese ejército de negatividad y pido a mi alma, a mi esencia divina que me ayude a recuperar la fuerza y el optimismo perdidos. La verdad es que cuando estoy en horas bajas es cuando más noto el impulso de mis guías y maestros, pero mi tristeza es tan profunda que necesito paciencia y tiempo para ir sintiendo de nuevo la alegría de estar viva.  ¡Es tan agradable volver a sentir confianza!

COMUNICACIÓN CON NUESTROS SERES QUERIDOS

Con este artículo de María Eugenia del blog: http://comunicacionentredosmundos.blogspot.com/
esta casa inicia una sección: “Ilustres Invitados”, donde se publicarán reflexiones de diversos autores que puedan aportar destellos de luz a nuestras vidas. Desde hace más de diecisiete años, María Eugenia, que tiene el don de la videncia, trabaja canalizando energía.

¿Es posible  comunicamos con nuestros seres queridos ya fallecidos? La respuesta es un sí rotundo. Nuestros seres queridos que ya han fallecido, mandan mensajes y señales que si tenemos una actitud abierta podremos ser capaces de percibir con más o menos claridad.

Comprendo que a veces resulta complicado creer en ello y cuando sentimos que sus presencias están junto a nosotros, la mente es la primera en lanzar una señal gigantesca de alerta, ¿qué pasa aquí, estoy loca? ¿es tal mi deseo de sentirles que lo imagino? Y como éstas, surgen miles de preguntas que nos bombardean y preocupan. Indudablemente, es básico y fundamental ser realistas y tener los pies bien aferrados al suelo.

He pensado que estaría bien hablar sobre dos de las maneras más comunes, que no únicas, en que se manifiestan nuestros seres queridos tras su fallecimiento, como son los aromas y los sueños.

A lo largo de mi vida, he vivido y escuchado muchas historias en las que los seres que se han ido, han establecido contacto con sus familiares, amigos o allegados. Los motivos de estas comunicaciones son varios, despedirse, saludar, avisar e informar sobre un tema, dar información…

Podemos notar su presencia al oler su perfume, el aroma que les identificaba. Normalmente el olor aparece brevemente apenas dura unos segundos, lo suficiente como para reconocerlo y asociarlo a la persona que se ha ido. Sigue leyendo

RECORDAR LO QUE SOMOS

Esta historia la escribe Tolba Phanem, una mujer, poeta, africana. La encuentro preciosa, porque me recuerda que el amor es la energía más elevada  y que todos somos seres espirituales que venimos a la Tierra a aprender, sean cuales sean las lecciones que nos depara la existencia.

 

Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan hasta que aparece la canción del niño. Saben que cada alma tiene su propia vibración que expresa su particularidad, unicidad y propósito.

Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta. Luego retornan a la tribu y se la enseñan a todos los demás.

Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción. Luego, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción. Cuando se inicia como adulto, la gente se junta nuevamente y canta. Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción.

Finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama e igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición. En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción. Si en algún momento durante su vida la persona comete un crimen o un acto social aberrante, se lo lleva al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor. Entonces le cantan su canción.

La tribu reconoce que la corrección para las conductas antisociales no es el castigo; es el amor y el recuerdo de su verdadera identidad. Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros. Tus amigos conocen tu canción y te la cantan cuando la olvidaste. Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imágenes que muestras a los demás.

Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu totalidad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confundido. No necesito una garantía firmada para saber que la sangre de mis venas es de la tierra y sopla mi alma como el viento, refresca mi corazón como la lluvia y limpia mi mente como el humo del fuego sagrado.

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