muerte

LECCIONES DE VIDA

Cartel Congreso Valencia, 13 y 14 de abrilLa Asociación El Abrazo del Oso organiza un nuevo Congreso en Valencia, los días 13 y 14 de Abril, bajo el lema «(E)-Lecciones de vida», en el que tengo el honor de participar, hablando sobre el poder del perdón y la gratitud.

El Congreso, de carácter solidario, inspirado y dedicado a la psiquiatra suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross -cuya maravillosa labor ha ejercido una gran influencia en el trabajo que desempeña esta Asociación- destinará los fondos recaudados a la creación de un espacio para asistir a personas moribundas, dolientes y con fuertes crisis de la personalidad. El precio por entrada, para los dos días, es de 30 euros.

 

Hay experiencias en la Vida -dice Vanessa Aguilar, fundadora de la Asociación- que marcan un antes y un después en nuestras vidas. Experiencias por las que nos vemos obligados a elegir determinadas actitudes y decisiones. Elecciones que nos brindarán la oportunidad de aprender una serie de lecciones únicas, capaces de transformar en profundidad el sentido de nuestros pasos, el sentido de nuestra existencia. Lecciones que, al compartirlas con otras personas, pueden motivar un cambio de rumbo, otra forma de ver y sentir la vida a quienes viven inmersos en idénticos o similares procesos».

MENTE SANA

Congreso Barcelona 22 y 23 de marzo MENTE SANA sábado

 

La Asociación el Abrazo del Oso www.elabrazodeloso.org

ha organizado un congreso en la librería Excellence www.e-excellence.es

de Barcelona los días 22 y 23 de Marzo, con el tema Mente Sana. El objetivo de este encuentro entrañable y humano es ofrecer a los asistentes herramientas útiles para explorar sin miedo la vida, incluso cuando se atraviesan situaciones personales difíciles, como puede ser el duelo. Los fondos recaudados irán destinados a crear un espacio donde acoger y asistir a personas con fuertes crisis de la personalidad

 

Tengo el honor de participar en este congreso solidario junto a los terapeutas Miguel Benavent de B, Elisenda Renom, Ana Solanes y Federico Sánchez.

 

El objetivo de la Asociación el Abrazo del Oso, de la que Vanessa Aguilar es el alma y la fundadora, es ayudar, orientar y aminorar el sufrimiento en la enfermedad, en la muerte, durante el duelo y en procesos propios del despertar espiritual.

 

La Asociación, sin ánimo de lucro, ofrece la ayuda que muchas personas necesitan para mantener y aumentar su calidad de vida y evitar así caer en situaciones de riesgo.

 

El Congreso se inicia el viernes 22 a las 19:15 h. y durante el transcurso de la charla de presentación estaré encantada de conocer y abrazar a los lectores de este blog que puedan asistir. El sábado 23 a las 12 h. hablaré de lo que me ha ido bien para atravesar mi duelo y me gustaría poder compartir experiencias y cariño con vosotros y dedicar con todo mi amor ejemplares del libro “Volver a Vivir”.

Volver a Vivir. Diario del primer año después de la muerte de un hijo

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Este es el libro que empecé a escribir a los pocos meses de la muerte de mi hijo Ignasi.   Es un diario en el que volqué mis emociones de aquel primer año intenso y desgarrador. De la muerte se habla poco y de la muerte de un hijo mucho menos, pero los padres y las madres que hemos pasado por el horror de ver morir a un hijo necesitamos, desesperadamente, expresar nuestros sentimientos. Es, creo, una necesidad vital que nos aleja de la locura y nos ayuda a encontrar, de nuevo, sentido a la vida. Porque, aunque parezca mentira, es posible renacer después de un golpe así.

 

Ahora, doy gracias porque el libro se ha vuelto a editar. Salió a la luz por primera vez en el año 2009 y hace tiempo que no quedaba ningún ejemplar disponible. Desde este mes vuelve a estar en las librerías. Algunas personas que lo han leído me han escrito para explicarme que se han sentido reconfortadas, que les ha ayudado a entender que no están solas y que no son las únicas que sienten lo que sienten. Todos los duelos son distintos pero mi intención al decidir publicar este diario fue y sigue siendo la de poder ser útil; si hay algún pensamiento, alguna palabra que resuene con dulzura en el corazón del lector, que alivie, aunque sólo sea por un momento, su dolor, para mi es una bendición.

 

Por eso agradezco infinitamente a Clara Sabrià y a la editorial RBA que el libro vuelva a estar presente. Gracias, de verdad.

 

Es posible que en algunos países como México o EEUU no lleguen ejemplares porque la distribución es limitada. En estos casos estaré encantada de enviar personalmente el libro por correo certificado a las personas que lo soliciten (isona@ibernet.com). También es posible pedirlo a  http://www.casadellibro.com/libro-volver-a-vivir-diario-del-primer-ano-despues-de-la-muerte-de-un-hijo/9788490063361/2063284
y la librería se encarga de mandarlo.

 

El libro empieza con el diario que inició Ignasi un mes antes de morir y continúa con el que empecé yo tres meses después de su muerte. Tanto el suyo como el mío son un sincero testimonio de amor y vida.

LA PÉRDIDA MÁS DOLOROSA

 

Todos tenemos un antes y un después en nuestras vidas; para algunos el vacío empieza con la muerte de un hijo, de la pareja, de los padres, de TARDOR nenúfarsun hermano… de un ser inmensamente querido.


Otros comienzan su ‘después’ al recibir un diagnóstico médico inquietante y grave o cuando les falta el trabajo y se desmorona su economía y con ella sus sueños.

Muchos inician su desespero cuando pierden el amor de la persona que aman, cuando se sienten abandonados o traicionados…

 

Sea la que sea, la pérdida más dolorosa es el punto de partida de un nuevo comienzo, el embrión de algo que, pasado el tiempo de incertidumbre y dolor, acabará siendo un referente vital para nosostros. 

 

Nuestra pérdida más dolorosa es nuestra prueba más grande, es el avatar de nuestra existencia. Si la comparamos a una carrera universitaria sería la que nunca, ni por asomo, elegiríamos, pero es la que conlleva para nosotros mayor poder de transformación, la que nos ayudará a dejar atrás miedos  ancestrales que nos parecen imposibles de afrontar, la que cambiará por completo nuestra visión de la vida y de la muerte. Nuestra gran pérdida es nuestra gran oportunidad.

 

Ya sé que cuando uno la está atravesando no quiere ni oír hablar de oportunidades ni de futuros prometedores. Incluso molesta pensar que después de ‘eso tan terrible y doloroso’ uno puede llegar a ser alguien más alegre y sereno.

 

Lo que interesa de verdad es cómo sobrevivir cada día sin sucumbir a los altibajos feroces, a la nostalgia desgarrada, al dolor en el pecho, a las noches en blanco, al cansancio infinito… Pero también es cierto que la gran prueba exige ganar confianza y la confianza se sustenta en el amor, la paciencia y la esperanza.

 

Para sobrevivir a la pérdida más dolorosa no hay más remedio que confiar en uno mismo, en la vida y en los demás. En tener la humildad de pedir ayuda, ser sincero y estar dispuesto a volver a empezar.

 

COMUNICACIÓN CON NUESTROS SERES QUERIDOS

Con este artículo de María Eugenia del blog: http://comunicacionentredosmundos.blogspot.com/
esta casa inicia una sección: “Ilustres Invitados”, donde se publicarán reflexiones de diversos autores que puedan aportar destellos de luz a nuestras vidas. Desde hace más de diecisiete años, María Eugenia, que tiene el don de la videncia, trabaja canalizando energía.

¿Es posible  comunicamos con nuestros seres queridos ya fallecidos? La respuesta es un sí rotundo. Nuestros seres queridos que ya han fallecido, mandan mensajes y señales que si tenemos una actitud abierta podremos ser capaces de percibir con más o menos claridad.

Comprendo que a veces resulta complicado creer en ello y cuando sentimos que sus presencias están junto a nosotros, la mente es la primera en lanzar una señal gigantesca de alerta, ¿qué pasa aquí, estoy loca? ¿es tal mi deseo de sentirles que lo imagino? Y como éstas, surgen miles de preguntas que nos bombardean y preocupan. Indudablemente, es básico y fundamental ser realistas y tener los pies bien aferrados al suelo.

He pensado que estaría bien hablar sobre dos de las maneras más comunes, que no únicas, en que se manifiestan nuestros seres queridos tras su fallecimiento, como son los aromas y los sueños.

A lo largo de mi vida, he vivido y escuchado muchas historias en las que los seres que se han ido, han establecido contacto con sus familiares, amigos o allegados. Los motivos de estas comunicaciones son varios, despedirse, saludar, avisar e informar sobre un tema, dar información…

Podemos notar su presencia al oler su perfume, el aroma que les identificaba. Normalmente el olor aparece brevemente apenas dura unos segundos, lo suficiente como para reconocerlo y asociarlo a la persona que se ha ido. Sigue leyendo

HERRAMIENTAS ÚTILES DURANTE EL DUELO

Yo sé que la muerte de un hijo duele y mucho. El sentimiento es desgarrador, el cansancio inmenso y las ganas de vivir muy tenues. Pero precisamente por eso no valen las medias tintas. Hay que ir recopilando, con ansia de coleccionista, todas las herramientas que nos ayuden a salir adelante. Una muy poderosa es el pensamiento positivo. Los pensamientos, sobre todo los repetitivos, acaban creando nuestra realidad.

Como todos sabemos, cuando a un niño se le dice muchas veces que es malo acaba creyéndoselo y actuando en consecuencia. La energía del pensamiento es creativa. Pues bien, tenemos que utilizarla para que juegue a nuestro favor y no en contra. La mente en principio va por libre, pero podemos reconducirla. Se trata simplemente de tomar conciencia de lo que pensamos. Por ejemplo, cuando uno piensa que no va a poder con algo y sé da cuenta que lo ha pensado, conviene contrarrestar este impulso dejando un resquicio a la esperanza: “hoy me parece que no puedo, pero tal vez mañana lo vea de otra manera”. Es bueno dejar una puerta abierta y buscar en cualquier situación, como agua en el desierto, la parte buena, que la tiene, aunque sea pequeña. Es beneficioso convertir eso en un hábito, porque si nos dejamos llevar por el río de los pensamientos terroríficos que nos asaltan, nos hundimos. Estamos hablando de pura supervivencia.

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Presentación del Taller sobre la Muerte que imparto el sábado 22 de octubre

Todas las personas, en un momento u otro de nuestra vida, tenemos que afrontar el impacto que nos produce la muerte de alguien cercano.

Puesto qué nuestra sociedad tiende a eludir el tema, lo más habitual es que, cuando esto ocurre, nos encontremos terriblemente solos ante nuestro dolor.

Quizá las muertes que vamos viviendo a lo largo de nuestra vida signifiquen los cambios más importantes por los que vamos a pasar, pero hablar de ello se considera de mal gusto, morboso o simplemente nos resulta demasiado dificultoso. Sigue leyendo

LA FUERZA DEL AMOR

Estoy en la isla, Menorca, mi isla que me acoge como una madre, en silencio. Con calma escucha mis reproches sin decir nada. Me mira con el azul intenso y brillante de su cielo, me mece con la tramontana hasta que el viento limpia mi alma y el cansancio va remitiendo.

Hoy hace 11 años que murió mi mamá, de repente, mientras yo andaba en Cabo Verde intentando despistar la pena por la muerte de mi hijo.

Hace un ratito que he llamado a mi padre. Lo llamo a diario al anochecer pero hoy necesitaba oír su voz antes del mediodía. Ha ido a la catedral temprano como cada 11 de agosto desde que ella no está. Siento el amor sin fisuras de mi madre y una paz dulce me inunda el corazón. Aquí, debajo de la morera de mi casa siento el cariño de mi madre y le agradezco infinitamente su amor.

Ahora mismo acaba de llamarme mi hermana: “tengo un día flojito, -me ha dicho-parece que en vez de 11 años hayan pasado 11 días desde la muerte de mamá”. Eso es lo que tienen los aniversarios: achican el tiempo.

Yo sé que Ignasi, allá donde está anda muy ocupado pero tengo la certeza que hoy lleva de la mano a mi mamá. Hoy todos sentimos lo que sentimos, los de aquí y los de allá. El cariño va más allá de las grandes distancias, de la vida y la muerte, no hay dimensiones ni muros que se le resistan.

HABLAR Y ESCUCHAR CON EL CORAZÓN

Suele decirse que las crisis muy profundas, como el duelo por la muerte de un ser muy querido, pueden ser una gran oportunidad de crecimiento espiritual, de conexión con nuestro yo más profundo, con la Fuente que emana amor, confianza, serenidad…

Sí, ¿pero cómo se llega a transformar el dolor, la angustia y la incertidumbre en sabiduría?¿Cuál es el camino? Hay muchos puentes que nos permiten cruzar a la otra orilla. Uno de ellos es aprender a hablar y a escuchar con el corazón. Cuando hablamos de lo que sentimos sin miedo a lo que los demás piensen de nosotros, sin ideas preconcebidas, ni ansias de agradar o convencer establecemos una comunicación amorosa que llega al corazón de los demás.

A mi me gusta imaginar cuando hablo con alguien que de mi corazón surge una luz que enciende el corazón del otro y se establece así, unidos por ese rayo luminoso, un diálogo de alma a alma que me da paz. Intento sentir lo que digo y frenar mi mente impaciente, que siempre va más deprisa que mis palabras como si no tuviera tiempo de conversar.

Pero para llegar a la otra orilla no solo hay que hablar, también es necesario escuchar con el corazón. ¡Qué difícil es eso! Requiere muchapaciencia y humildad; no interrumpir ni acabar las frases del otro, deshacernos del apego al tiempo y ofrecérselo con atención, escucharlo de verdad, con los cinco sentidos, sin suposiciones ni prejuicios, estando presentes en cuerpo y alma, en vez de tener la mente en mil otros sitios a la vez.

Solo así, hablando y escuchando como si meditáramos, viviendo realmente el momento y con el corazón abierto surge el crecimiento, aprendemos del ser que tenemos delante, avanzamos un pasito más, nos sentimos más unidos a la vida y creamos armonía a nuestro alrededor.

SER UNA BUENA MADRE

Gran Mare ajudem a ser una bona mare (Gran Madre ayúdame a ser una buena madre). Esta frase me la he repetido en silencio millones de veces. Para mí, ser una buena madre lo es todo. Quizá exagero porque la vida esta compuesta de muchas más cosas, pero esta, la de ser una buena madre, para mi es vital. Tengo dos hijos en condiciones muy distintas: uno está aquí y el otro digamos que en otra dimensión. A los dos los adoro. El pequeño, con 26 años, vive ya por su cuenta. Suele llamarme a diario, incluso a veces hablamos un par de veces al día. Cuando viene a casa, el corazón se me ensancha, no sé cómo explicarlo pero ver a mi hijo me produce una emoción tan intensa, tan, tan amorosa. Tampoco no hay un solo día que no piense en Ignasi, mi hijo mayor, que murió a los 15 años. No sería sincera si no dijera que, en algunas ocasiones, como ayer por la noche mientras cenábamos mi marido y yo, no me caigan las lágrimas de añoranza al rememorar lo que hubiese podido ser verlos crecer a los dos. Pero eso no impide que sea feliz porque a los cuatro no nos une otro sentimiento que el amor. ¡Y sentir amor es tan reconfortante! Yo puedo estar triste y contenta, ya sé que parece una contradicción, pero me ocurre a menudo… A mí, como a muchos lectores de este blog, se nos ha muerto un hijo y con eso vamos a vivir hasta el final de nuestros días, pero eso no me impide tener momentos de una felicidadinmensa.

Las mujeres de mi familia tenemos tendencia a sobreproteger (eso es malo) y a sufrir (eso es peor) por eso, porqué lo sé, pido a la Gran Madre que me ayude a ser una buena madre. No quiero que ni uno ni el otro se sientan asfixiados. A Jaume, el pequeño, le ha tocado, a mi entender, un papel más difícil que a su hermano. A él, de alguna manera, si Dios quiere, le toca acompañarme hasta el final de mis días. Hoy, a primeras horas de lamañana, quizá intuyendo mi tristeza de ayer, me ha llamado para decirme: “Mamá, vais a ir a comprar, voy con vosotros. ¡Qué placer inmenso compartir mi cotidianidad con él!

No es fácil para los hijos vivos hacer doblete; cubrir con su presencia el vacío que no les corresponde. Por eso, los padres a los que se nos ha muerto un hijo,tenemos que estar muy atentos. Por un lado, dejando espacio para que los hijos vivos puedan construir su propia vida lo más ligeros de presiones posible y, por otro, dando alas a nuestros hijos muertos para que prosigan su camino sin el peso insoportable de nuestra tristeza. Los hijos, estén vivos a muertos, adoran a los padres, aunque a veces no lo parezca y, estoy segura, harían cualquier cosapara vernos felices y contentos. A nosotros, como mínimo, nos corresponde ponérselo fácil. ¡Claro que caeremos en egoísmos, ¿quién no? Pero cuando se pase el subidón, y tomemos conciencia de nuestros errores, nos toca rectificar. Por ellos y por nosotros, ¿por qué quién no quiere ser una buena madre, un buen padre? ¿Una buena persona? Sí, se nos ha muerto un hijo, la vida nos lo ha puesto difícil, es verdad pero son tantas las personas, yo diría que todas, que han pasado penurias, aunque a ojos de los demás, quizá, no lo parezca. Todos llevamos cruces como el cuento aquel de la mujer a la que se le muere un hijo y va a ver a un gran maestro, un santo, para que le devuelva la vida. Lo haré, le dice el maestro, si al anochecer me traes un grano de mostaza de la casa en donde el dolor y la muerte no haya entrado. La madre va de portal en portal y en ninguna casa pueden darle el grano de mostaza. De noche, cuando regresa para ver al maestro, ya sabe que su dolor es compartido. Que va a tener que aceptar la muerte de su hijo. Que la vida es así y su pena forma parte del hecho de estar viva.

La vida está hecha de dolor y alegría y es sabio saber vivir tanto lo uno como lo otro.

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