YA ESTAMOS EN PRIMAVERA
Miro por la ventana de mi casa y veo, sorprendida, la explosión de las hojas nuevas que visten los árboles de mi calle. El verde es tan verde, el fucsia de la bugambilia que enciende mi balcón es tan intenso!!! La vida, en primavera, año tras año, se desborda. Resulta a todas luces ambivalente contemplar tanta belleza sin verla reflejada en la mirada de los que ya no están.
Por eso me imagino que, en estos días de nostalgia salvaje, florece dentro de mi la certeza del amor en estado puro. Me agarro a ello por que sé que es lo único que me sostiene cuando sopla ese viento brutal que arrastra a los nuestros sin preguntar. La naturaleza es cruel y hermosa a la vez.
Me aparto de la ventana y tropiezo con una foto en blanco y negro en la que me veo, unos 20 años atrás, leyendo recostada en el sofá con mis dos hijos literalmente encima. Y me invade una alegría inmensa. ¡Merece tanto la pena vivir, aunque duela!
De repente, en esta nueva vida, ocurre como tu dices. En mi caso, a escasos 7 meses de la muerte de mi hijo Nil, aún lo bonito se convierte en triste. Lo que antes te hacía sentir bien se transforma en una puñalada en pleno corazón. Todo lo bueno que él no disfruta se convierte en dolor y lágrimas. Sé que cambiará pero aún es pronto para mí sentirlo de otro modo.
En mis anteriores intervenciones, colapsada por mi propio dolor, olvidé daros un abrazo a todos los que leeis este blog y por ello habreis sufrido el inexpresable dolor que sentimos los padres a los que se nos muere un hijo.
A ti Mercè, gracias por tu generosidad. Una de las amigas que más me ha ayudado en estos tiempos es casualmente la cuñada de Clara Sabrià, que bonita coincidencia.
Un abrazo lleno de amor para todos,
Natàlia
Es así, al principio (y cuando digo principio, en mi caso me refiero a mucho tiempo), luego el dolor trasciende y es posible convertirlo en algo bonito.
Tu estas al inicio de los primeros tiempos Natàlia, necesitas mucha paciencia y la valentia de sentir ese dolor inmenso, ese desespero, esa rabia… sin resistirte ni retener lo que sientes.
Cuenta conmigo.
Un abrazo inmenso para ti y otro para la cuñada de Clara.