SER UNO MISMO

 

nena-contentaSin apenas darnos cuenta, vamos tejiendo una historia de la que nosotros somos los protagonistas. A lo largo de los años nuestro personaje adquiere tanta fuerza que se apropia de nosotros. Es extenuante intentar que todo lo que hacemos, pensamos y sentimos encaje con esa manera de ser, con ese disfraz que, por mil razones, llevamos, a menudo, las 24 horas del día puesto, sin saberlo.

 

Por ejemplo, nos gustaría que los demás nos vieran de una determinada forma (fuertes, inteligentes, sensibles, alegres, responsables, comprometidos, buenos padres, divertidos, valientes o lo que sea que al hacernos mayores considerásemos aceptable) y pretendemos actuar cómo si siempre fuéramos así. Intentamos que nuestra esencia entre como un guante en ese molde ideal y, claro, poco a poco, probablemente, nos vamos asfixiando.

 

 

ma-dejar-irEse personaje no nos deja pasar ni una, cualquier actuación fuera del supuesto guión es automáticamente censurada, recriminada, criticada. Por eso yo, últimamente, me paso el día perdonándome por todas las veces que he sido y soy dura y exigente conmigo misma, como si fuera la madrastra de Blancanieves en vez de mi mejor amiga. ¿Os suena lo que os digo?

 

Cuando tomo conciencia de eso y me perdono con ternura por jugar en contra en vez de a favor de mi esencia, noto que  algo muy profundo toma aire, respirara y, por fin, descansa.
A medida que mi personaje se hace más transparente, menos protagonista, conecto con mayor facilidad con la vida, con la alegría, con mis seres queridos, vivos o muertos. Cuando más me salgo del guión, más dejo ir y trasciendo mis miedos.

 

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contador
Visitas
MIS LIBROS
Volver a Vivir

Clicar en la imagen

Clicar en la imagen.

Clicar en la imagen