CONÉCTATE CONTIGO MISMA
Recógete, recupera el contacto contigo misma y descansa. Llevas acumulada mucha tensión, el duelo nos mantiene en estado de alerta y esto agota.
Respira hondo, siente el momento, crea un paréntesis de confianza a tu alrededor y acoge lo que surja, da igual lo que sea.
Estás agotada, déjate meces por tu parte sabia, por tu divina presencia, como una niña se entrega al sueño en brazos de su madre.
No tienes que hacer nada, simplemente vivir.
Es posible que te sientas inquieta, triste, perdida, asustada… es natural. No te aflijas por eso, forma parte de lo que llamamos vida.
Cuanto más pretendas sentirte en paz, más se elejará la serenidad de ti. Deja de perseguir tus anhelos. Simplemente pasea por la playa, acércate a la naturaleza, mira el cielo, abrázate a los árboles, disfruta de un café, de una taza de te…
Mira con cariño a los demás, acaricia a las personas que quieres, observa a los niños con ternura y poco a poco tu alma respirará tranquila.
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