APRENDER POCO A POCO A SER FELIZ

 

 

GIRASOLLa humanidad lleva mucho tiempo padeciendo, seguramente desde sus orígenes. No digo que no hayan habido momentos felices en la vida de las personas que nos han precedido, incluso épocas históricas francamente más alegres que otras, claro que sí, me refiero a que nuestra cultura planetaria, en general, guarda la memoria de mucho dolor acumulado, de sentencias de sufrimiento compartidas, del tipo “la vida es un valle de lágrimas”, “más vale malo conocido, que bueno por conocer”, “no hay rosa sin espinas”, “la letra con sangre entra” y un sinfín de creencias y refranes que deben ser muy parecidos en otros idiomas. De mi abuela oí muchas veces: “las rialles acaben en ploralles” (las risas acaban en lloros).

Todo ese flujo de dolor, verbal y energético, lo heredamos de pequeños sin apenas darnos cuenta. Vaya, que estamos educados para encontrarnos o imaginar casi siempre lo peor. Andamos a menudo con el ¡ay! en el cuerpo y, en cambio, muy poco sabemos hacer para que ocurra lo contrario, para confiar y esperar lo mejor. No hay más que mirar los telediarios para darse cuenta que, a la hora de expandir y comunicarnos, prevalece y mucho lo malo sobre lo bueno. A la que nos descuidamos, nos ponemos en el lado más desfavorable y yo la primera.

 

Es cierto que siempre ha habido personas sabias que con sus vidas y sus obras nos han ayudado, pero la humanidad, como cultura, al menos hasta ahora no ha ido mucho más allá del dolor.

 

Los cuentos infantiles, después de que los protagonistas vivan mil contratiempos y desdichas suelen acabar con la frase: “Y fueron felices y comieron perdices”.  Y ya está, no se sabe más de ellos.

 

Captura de pantalla 2013-09-19 a las 11.28.02Ahora, empieza a notarse una dinámica distinta, un movimiento de personas heterogéneas unidas en un interés común: crear una cultura de la felicidad que considera como un bien preciado la alegría, la prosperidad (que no tiene que ver con acumular dinero o posesiones), la creatividad, la vida sencilla y tranquila, el cuidar la propia salud y bienestar, en hacer cosas porqué sí, por el bien común… ¡¡Y yo les estoy inmensamente agradecida!! Porqué cuando las personas se juntan para iniciar un camino nuevo, al final la humanidad entera acaba recorriéndolo y, es posible, que con la insistencia, igual que ha ocurrido con el dolor, esa manera más afable de ver la vida acabe incrustada en nuestro ADN.

 

Si conseguimos salir de esa zona conocida, a menudo tensa y dolorosa, que se ha convertido en nuestra zona de confort de tan familiar que nos es, confío en que tal vez, poco a poco, nos arriesguemos a entrar en esa otra dimensión de felicidad de la que hablábamos. Seguramente, primero, nos resistiremos, incluso tal vez nos provoque más ansiedad. Cuesta romper con tradiciones milenarias, pactos y creencias antiguas. El cambio tiene sus ritmos. Pero me hace una ilusión inmensa ir despacio, pero sin pausa, hasta esa nueva realidad planetaria. Entre todos podemos crearla. ¡Doy gracias y admiro a las personas que ya están viviendo en ella!

 

10 Responses to APRENDER POCO A POCO A SER FELIZ

  • Hola, preciosa

    Ya estás viviendo en ello. Estás participando en crear felicidad, bienestar paz, calma. Sólo hay que leerte para sentirlo. Y si lo transmites, es simplemente porque lo tienes y lo eres. Doy fe de ello.

    Sigamos uniéndonos todos en crear felicidad real, concreta, vital. Y poco a poco, lo conseguiremos.

    Besotes enormes.

  • Mercè Castro dijo:

    Ay, preciosa, estoy en ello! hay temporadas y días en que me sale mejor y otros no tanto, pero es mi máxima ilusión crear felicidad y vibrar en la frecuencia del amor!
    Seguro que entre todos lo conseguiremos.
    Gracias bonita por tus palabras, por crear certeza y esperanza a todos tus lectores de tu magnífico blog http://comunicacionentredosmundos.blogspot.com.es/
    Un abrazo enorme y recuerdos a Solaris (jajaja)

  • Maria del mar dijo:

    Dios!! Como me gusta lo que escribes!!! Un abrazo grande

  • Mercè Castro dijo:

    Otro para ti María del Mar y muchas gracias

  • Mercè Martí dijo:

    Hola Mercé, gracias por tus escritos, porque con ellos ya llevas felicidad a los que te seguimos, aunque alguien siempre se empeñe en ver todo «negativo» y quitarte la felicidad y la ilusión, que tanto nos cuesta de ir recuperando.
    Tu bien lo sabes que no es fácil.

    Un abrazo enorme.

    Mercé

  • Mercè Castro dijo:

    No, no es fácil querida Mercè, pero en eso estamos.
    Por eso, porque cuesta lo suyo ir subiendo peldaños nos agarramos al amor y lo negativo intentamos dejarlo. Hay días que se consigue más y otros menos o temporadas, pero la intención es firme: recuperar la ilusión y crear entre todos un mundo más feliz.

    Un abrazo enorme guapetona

  • Querida Mercé, yo te doy las gracias a ti por lo que nos transmites, por tus vivencias, por tu forma de expresarlas y por ayudar a enseñar a ver esa felicidad de muchas formas y en muchos momentos. Tú ayudas a progresar, porque tú misma estas aprendiendo a hacerlo, entonces es más fácil poder seguir tu ritmo. Como dices, sin prisa pero sin pausa.
    Gracias Mercé por tu lección de vida.
    Un fuerte beso.

  • Mercè Castro dijo:

    Hola Mª del Mar, preciosa,

    Todas vamos de la mano aprendiendo, gracias por ayudarme a hacerlo.

    Un beso y un abrazo grande. grande

  • anna dijo:

    Hola Mercè.
    Hace tiempo te escribí ,soy madre de otra Mercé, y tus comentarios sobre la idealización del hijo que se va,me hizo reflexionar y ahí estoy.Pero te escribo porque te vi en el programa dels MATINS de tv3.La verdad es que me sentí algo conmocionada y he estado unos dias enferma…esto es así.Me impactó verte a ti con esa elegancia y esa serenidad.Sin embargo me di cuenta ,al ver las periodistas,del gran muro que existe entre el mundo de las personas que han perdido un hijo y las demás.Pensé y percibí claramente que estamos en otro planeta en otra dimensión que tengo que darme cuenta de que es difícil que nos entiendan¿ o quizás imposible?Esto me desanimo mucho y no sé porqué ya que todo lo que se decía lo he leído mil veces.Yo ,como tu,perdí un hijo rápidamente ,en 15 días .Un niño de 14 años que sigo diciendo era el amor de mi vida.He querido morirme durante mucho tiempo pero ahora sé que tengo que luchar por los que quedan.Me gustaron tus palabras sobre como podemos secar todo lo que está a nuestro alrededor.Hemos de vivir,ahora lo tengo claro aunque la mayoría de los días sean un infierno,yo que era tan feliz y positiva.Solo quiero darte las gracias porque no es fácil sumergirse en este mundo y tu lo haces y nos ayudas.Muchos besos de corazón

    • Mercè Castro dijo:

      Hola Anna, preciosa,

      Me alegra muchísimo que hayas elegido afrontar el dolor y seguir viviendo con la intención de trascenderlo. Así florecerás tú y todos los que están a tu alrededor. Sé lo difícil que es eso, pero también sé que vale la pena y es posible.
      Anna, cariño, es normal que la gente que no haya pasado por la muerte de un hijo le cause mucho miedo el mero hecho de imaginárselo. A nosotras nos pasaba igual antes de que murieran nuestros hijos, ¿verdad?. Es cierto que duelo porque encima que estamos fatal alguna personas nos rehuyen, pero después nos damos cuenta que no es que no piensen en nosotras o no nos quieran es que tienen tanto miedo que no pueden acercarse. Es así y ya está.También es cierto que personas que nos conocían menos o que nunca nos hubiésemos imaginado que reaccionarían así, se acercan y nos reconfortan mucho. Hay de todo.
      Te agradezco muchisimo que hayas escrito y te mando un abrazo enorme, tan grande que espero que te dure hasta el 2014

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