ACOGERSE A LA DULZURA

 

 

Hoy puede ser un buen día para dejar de exigirte, de reñirte, de culparte, de quejarte, de odiar a la vida o a quién sea… en fin, de seguir, como en una noria, dándole vueltas al miedo, al malestar en tu cabeza. No digo que enmascaremos lo que sentimos, no. Simplemente propongo una tregua, un espacio claro, luminoso, sin juicio, algo parecido al arrullo en los cálidos brazos de una madre. A veces, es tan necesario parar y, en silencio, acogerse a la dulzura.

Sea cual sea el sentimiento desgarrador que predomine hoy en ti es posible con cariño sosegarlo hasta que se desvanezca.

En cada uno de nosotros reside una fuerza inmensa capaz de darle la vuelta al dolor de nuestra historia, de sumar amor, en vez de quedar atrapados y separarnos. Hay tantos mundos como formas de mirar la vida. ¿Cómo piensas tú vivir hasta tu muerte, con ternura o con el corazón cerrado?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contador
Visitas
MIS LIBROS
Volver a Vivir

Clicar en la imagen

Clicar en la imagen.

Clicar en la imagen