VOLVER A VIVIR

 

El día 4 de este mes de junio de 2009  estará en las librerías “Volver a Vivir”, el diario completo que escribí durante el primer año de la muerte de mi hijo. Agradezco de todo corazón a los editores de RBA, Oriol Castanys y Clara Sabria que este manuscrito –que incluye también el diario de Ignasi- haya podido ver la luz en forma de libro.

A las pocas semanas de morir Ignasi me llamó una buena amiga y me dijo: “tienes que escribir Mercè, escribe todo lo que sientes, escribir te ayudará”. Yo no podía con mi alma. No sé con que fuerzas me levantaba de la cama para despertar a mi hijo Jaume pero lo hacía, aunque la poca energía que tenía se desvanecía cuando él cerraba la puerta para ir al colegio. Cuando Jaume no estaba, yo me perdía en ese tiempo sin tiempo que envuelve las grandes penas y sólo podía deambular por la casa, sin poder coger un libro ni mirar siquiera por la ventana. Hasta que un día, meses después, empecé el diario que ahora sale publicado. Recoge lo que viví y sentí durante el primer año de duelo, algunos de cuyas páginas han salido publicados ya en este blog.

De la muerte se habla poco y de la muerte de un hijo mucho menos, pero los padres y las madres que hemos pasado por el horror de ver morir a un hijo necesitamos, desesperadamente, expresar nuestros sentimientos. Es, creo, una necesidad vital que nos aleja de la locura y nos ayuda a encontrar, de nuevo, sentido a la vida. Porque, aunque parezca mentira, es posible renacer después de un golpe así. Hace ya más de 10 años que Ignasi murió y la buena noticia que quiero compartir es que un hijo nunca muere y eso los saben todos los hombres y mujeres que mantienen en sus corazones el amor de sus hijos muertos. El amor es lo que nos permite volver a la vida. Después de naufragar de noche en un mar embrabecido y atravesar una de las peores tormentas, al llegar a tierra todo es más bonito. Es más fácil ver la belleza, donde antes apenas veíamos nada, agradecer la calidez del sol, el frescor de la lluvia, la dulzuna de la brisa… Sí, al llegar a tierra la vida es más bónita porque sabemos que la muerte es tan sólo un nuevo principio.

Mi hijo se fue pronto, pero durante el último mes antes de irse dejó por escrito un testimonio de vida, un tesoro, que da sentido a “Volver a Vivir”. No importa lo corta que sea una vida, lo que importa es vivirla.
Ojalá que el consuelo que me ha producido a mí escribir, sirva también para acompañar con dulzura a otros padres durante sus primeros tiempos de duelo..


14 Responses to VOLVER A VIVIR

  • Anonymous dijo:

    hola soy una madre que sigue tu blog porque yo tambien perdí a mi hijo Marcos hace un año. Me sienta bien leer lo que dicen otros padres sobre el tema y atenúa el dolor. Gracias

  • sherpa dijo:

    Hola…mi hijo también se llamo Marcos…que coincidencia con el comentario anterior…tenia 20 meses y nos falta hace cuatro años y algunos meses…
    Me parece fantástica ti página…no sabes cuanto bien puedes hacer…al menos se siente uno comprendido pues los sentimientos son los mismos…
    Un abrazo

  • Anonymous dijo:

    Hola Mercè,
    Desconocia que tenias un blog, pero indudablemente ahora lo seguire con asiduidad.
    Sabes que hay una conexión "muy especial, inexplicable y maravillosa" entre tu y yo.
    Solo animarte a continuar compartiendo tus vivencias.
    Aún no habiendo pasado por esa experiència, que ninguna madre desea, a día de hoy es mi caso y doy mil gracias a Dios por ello, pienso que es enriquecedor en muchos aspectos leerte, es una mezcla de innumerables emociones y sentimientos.
    UN ENORME PETÓ DES DEL FONS DEL MEU COR.
    Paquita Norte
    PD: Se que este libro no ha llegado a su publicación gratuitamente, que ha sido y contiua siendo para tí una década de enorme esfuerzo y trabajo a nivel físico y espiritual, eso merece toda mi admiración y mi mayor respeto.

  • Anonymous dijo:

    Hola Mercè,
    Sóc la Lina i sóc de Menorca(Ferreries).
    Som la presidenta d'una associació d'acompanyament al dol a Menorca i el 18 de juliol farà un any que vam començar aquesta nova experiència amb 7 famílies afectades.
    Fa 7 anys vàrem perdre al nostre fill Pedro amb un accident de tràfic, i fa una setmana que he llegit el teu llibre: "Volver a vivir".
    M'ha agradat molt, ja que me sentit molt identificada en la majoria de coses que dius.
    Al llibre dius que venies a estiuejar a Menorca, m'agradaria saber si encara ho fas. Si fos així, em faria ilusió poder coneixe`t i trobar-me amb tu.
    El meu correu es: linacaimaris@hotmail.es
    Moltes gràcies,
    espero la teva resposta.

  • mariajoseromero dijo:

    Hola Mercé:

    Ayer, mi compañero de trabajo Fran y su novia, me regalaron tu libro. Esa misma tarde me lo leí. No tengo palabras para expresar lo que siento, la identificación no puede ser más plena. Mi hijo Pepe, de 15 años, murió el 29 de septiembre del pasado año 2008. A consecuencia de una embolia grasa y, tras 48 horas en UCI, falleció. No sé como explicarlo, pero sabía que se tenía que marchar y que su muerte no podía ser gratuita. Antes de que se pusiera en contacto con nosotros la Unidad de Trasplantes del Hospital, solicitamos la donación de sus órganos, nunca había hablado con nadie sobre este tema, pero mi corazón me decía que tenía que ser así, que se tenía que ir como vivió, siendo generoso hasta el final.

    En esos días creí que se había parado la vida, pero cuando me asomé a la ventana y comprobé que los coches circulaban y la gente andaba de un lado para otro, entonces, comprendí que el mundo, muy a mi pesar, seguía girando, que yo me había quedado en él y, por consiguiente, debía continuar viviendo, aunque sólo fuera por mi otra hija. Teresa, tiene 17 años, se llevaban 16 meses, y en los primeros días escuchaba comentarios a su alrededor del tipo: “Mª José está aparentemente fuerte, pero ya caerá.” Ante tal situación, me prometí a mi misma que, costará lo que costara, tenía que seguir adelante, que ella se merecía continuar disfrutando de la vida, con todo nuestro cariño y apoyo. Pedí fuerzas, mucha fuerzas. Comencé a tomar vitaminas y a retomar la práctica del ejercicio físico. Siempre he dicho que cuando me encuentro fuerte físicamente también mi mente lo está. Teresa está bien, terminó 1º de bachillerato y ha aprobado todo el curso, estoy orgullosa de ella.

    No obstante lo anterior, como bien dices en tu libro, hay días en los que me invade la congoja, tengo necesidad de abrazarlo, de sentirlo físicamente, etc.. Entonces pienso en Teresa, en su sonrisa, en las ganas que tiene de salir y hacer cosas, en la gente que nos quiere, en el apoyo y cariño inmenso de mis hermanas y, sobre todo, en la energía que mi hijo y madrina (casualmente, también un puntal en mi vida) me envían. La pena y congoja dan paso a una serenidad indescriptible. En ocasiones me siento culpable por sentirme así: tranquila, sosegada, invadida por una paz que me hace verlo todo más bonito, más calmo. No tengo duda alguna que estas fuerzas no son de aquí abajo, estoy completamente segura de ello, y doy gracias a Dios por enviármelas. A menudo le digo a mi hija y marido que, en cierto modo, somos unos privilegiados porque hemos tenido la oportunidad de conocer la vida en su más amplia dimensión; la sobrenatural, la divina, la que muy pocos alcanzarán nunca a ver.

    Mercé, muchas gracias por compartir tus emociones, ello me ha hecho comprender que no estoy loca, que nuestros hijos se tuvieron que marchar porque, como tú bien dices, habían alcanzado su plenitud en esta vida. Ahora, somos nosotras las que, con nuestras inevitables oleadas de angustia, hemos de seguir luchando con el legado que nos han dejado. Cuando alguien me dice que la vida no nos sonríe, respondo con una de mis reflexiones: "estás muy equivocado/a, porque no debemos esperar que la vida nos sonría, ésta es como es, somos nosotros los que, ocurra lo que ocurra, debemos caminar con una sonrisa por la vida".

    Ahora, disfruto mucho más de todo y de todos. Detalles que antes se me escapaban, hoy son fundamentales para continuar. Tengo la certeza de que mi hijo está bien, no sufrió ni en vida, ni a la hora de partir. Percibo que tuvo que ser así y, aunque me invade la nostalgia,él está en mí, en su padre, en su hermana, en sus amigos. No lo puedo ver, pero lo siento. Siempre fue positivo, de los que ven la botella medio llena, se fue dando lecciones de cómo disfrutar de la vida y, desde la eternidad, sé que continua mandándonos mensajes de esperanza, de alegría, de amor y generosidad.

    Gracias, por tu libro, por compartir tus emociones, por ser de esas personas que están ahí, alentándonos a continuar.

    Un fuerte abrazo.

    Mª José Romero Asprón

  • Eva Martinez Escobosa dijo:

    Hola Mercè,
    Me he leído tu libro y me ha llegado al corazón.
    Yo no tengo hijos, pero hace 7 años perdí una buena amiga de 24 años de un tumor cerebral i se fue tan rápido que no tuve tiempo ni de despedirme de ella. Durante estos años me he sentido muy culpable y la echo mucho de menos.
    Tus palabran me han hecho darme cuenta que la vida sigue y que hay que seguir luchando.
    Quería felicitarte por tu libro tan emotivo y por tus palabras esperanzadoras.
    Soy una fan de Mente Sana y de Jorge Bucay también. Yo también escribo en una revista de Sarriá de Ter que se llama "Parlem de Sarrià". Escribo artículos sobre libros.

    Un abrazo.

    Eva Martinez Escobosa

  • Lluïsa dijo:

    Un llibre ple d'amor.
    Una lliçó d'amor per a tothom.

    Gràcies, Mercè, per ser com ets. He tingut una sort immensa de trobar-te.

    T'estimo,

    Llu

  • Anonymous dijo:

    perdi a mi hijo dilxon hace 51 dias y siento que se me acabo la vida no hablo con nadie regrese a trabajar y lo estoy tomando como terapia, lamentablemente no lo he conseguido solo pienso en el dia que yo tambien muera para reunirme con el.

  • Mercè Castro Puig dijo:

    Vas a tener dos vidas; la de antes y la que empieza ahora. Si te permites sentir, trabajas contigo misma y no te encierras en el dolor, con el tiempo es posible salir del túnel fortalecido.

    Un abrazo, muy, muy grande,

    Mercè

  • Anonymous dijo:

    hola soy Karla, perdí a mi pequeñita de casi 3 años el pasado 15 de septiembre, honestamente no sabía de este lugar, es reconfortante percatarte de que hay muchas personas que han pasado por el mismo dolor que tu y han salido adelante, un abrazo fraternal a todos.

  • Mercè Castro Puig dijo:

    Hola, Karla, un abrazo grande,
    Mercè

  • Anonymous dijo:

    Hola, soy Cynthia. Recién empiezo por este proceso de duelo, hace casi dos meses murió mi hijo Carlos Uriel, de seis años de edad. Durante su vida tráté de darle lo mejor de mi, lo amé como nunca creí que se pudiera amar y tuve que dejarlo partir, como jamás pensé que se podría hacer.
    Hay muchas emociones encontradas, extraño abrazarlo y besarlo; echo de menos cuerpecito junto al mío a la hora de dormir y su sonrisa por la mañana… duele no verlo, pero dolía más ver cómo se deterioraba día con día, cómo le costaba respirar cuando dormía en determinada posición… tristemente, puedo decir que su vida ya no era vida y sé que su lugar ya no era junto a mí.
    Mi hijo dejó este mundo cuando debía hacerlo y agradezco a Dios la vida que le dio y el haberme permitido verlo crecer, con todas las dificultades que enfrentó desde el momento mismo en que nació, pues cuando todos los pronósticos eran de muerte, mi niño nos dio una lección de amor, de vida, de lucha y de fortaleza a todos quienes estuvimos con él, desde esa noche de febrero de 2004, hasta el 10 de mayo de 2010, cuando Dios lo recogió de mi lado mientras dormíamos.
    Ignoro cómo se sobrepone una a esto, si me acostumbraré algún día a su ausencia, si pasará el dolor y las culpas que inevitablemente aparecen sin querer para cuestionar mi hacer como madre de un niño especial… lo que si sé es que el Señor nunca nos deja y su amor nos sostiene en medio del dolor y la desesperación.
    Hice todo lo que pude por mi hijo, en la medida que pude y hasta donde pude; le di todo mi amor y toda mi persona y pude recibir lo mismo de él, y eso me ha dado la fuerza para seguir de pie, para vivir cada día con coraje, con amor por la vida y agradecer a Dios la oportunidad de cuidar a ese angelito hermoso que me llenó de una inmensa felicidad y que vino a darme las lecciones más grandes e importantes de mi vida.

    No he tenido la oportunidad de leer tu libro, Mercè, no sé si lo encuentre en México, pero conocer tu experiencia creo que me ayudará a enfrentar de mejor manera la pérdida de mi único hijo.
    Que Dios te bendiga

  • Anonymous dijo:

    yo al igua que muchas madres siento morir de tresteza al igua que ellos dios un dia nos llevara y sera el dia mas dichoso,por que ellos van a venir al encuentro de nosotros para jamas separarnos,soy angeles y vi ha mi hijo desangrarse y morir,que dios las llene de vendciones por soportar ese dolor tan grande.

  • Anonymous dijo:

    Hola:perdi una hija de 34 años en un acciente de coche el 1-2-2009-despues de pasar por un divorcio de malos tratos, dejo una niña de 7 años y yo 5 dias a la semana me hago cargo de ella,ahora cuando justamente hacia 2 años de la muerte de su mama le han diagnosticado una enfermendad que se llama PERTHES, yo estoy mas muerta que viva, como es posible me pregunto , no sufro yo ya bastante? pues toma un poquito mas,soy fuerte, pero hay momentos , dias, horas, que se me hacen interminables y solo el pensar en irme a la cama para poder dormir y ver si a la mañana siguiente,¿seguire con el mismo humor? es que no puedo mas,me hago la fuerte delante, pero en mi interior estoy mas que destrozada.

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