TÚ PUEDES
Quizá no sepas por dónde tirar o no quieras seguir o, simplemente, te parezca imposible conseguirlo. Seguramente estás tan cansada que te cuesta horrores levantarte de la cama.
Sí, probablemente ahora –después de un año, dos o tres o los que sean de su partida-, te sientes tan mal como al principio. Es normal. El duelo por la muerte de un hijo es largo y tiene muchos altibajos, cuesta mucho volver a la vida, pero es posible.
De momento, estás perdida pero acuérdate de todos los cambios que has ido afrontado desde pequeña. Sí, es cierto, nada es comparable a esta locura, lo sé, tan solo te pido que seas paciente y amorosa contigo, que no te cierres las puertas.
En el fondo sabes que de nada sirve morirse en vida, que todo pasa; lo bueno y lo malo también. Solo el amor que compartes con tus seres queridos perdura.
No pidas que las cosas sean como antes, eso no puede ser. Estás viviendo un cambio tan profundo que lo natural es que estés asustada, te has quedado desnuda, en carne viva, te estás reinventando y todavía no sabes cómo va a ser la mujer que estás creando. Es mucha incertidumbre.
Tardes lo que tardes, estás en la antesala de un nuevo comienzo, nunca lo hubieses elegido, pero lo más probable es que resurjas con una mirada más amplia, más honesta, que te sientas, de alguna manera, mucho más libre. Con la ilusión de volver a bailarle a la vida.
Cómo siempre este mensaje llega a lo más profundo.
Se lo envié a una madre que en pocos días cumple dos años de duelo,en realidad también yo porque era mi sobrina
Un abrazo grande preciosa