¿TE RECONOCES A TI MISMA?
Desde pequeña he tenido una ligera pero persistente sensación de no encaja, de no estar del todo asentada, cómoda, reconocida. Eso me ha llevado, a menudo, a mantener una actitud orgullosa, desafiante, de rebeldía, muy agotadora.
Haciendo un repaso, me doy cuenta que muchas de mis batallas, de mis desencuentros, han estado motivados, precisamente, aunque parezca un contrasentido, por negar su lugar a las personas que no me han gustado.
Al mirar hacia dentro, he descubierto que esa sensación de no pertenencia, esa forma de actuar guarda relación con no otorgarme reconocimiento a mi misma. Si no nos prestamos atención, es difícil que la encontremos fuera.
Aparte de los duelos que nos ha tocado vivir, me parece que cada uno tiene heridas antiguas y la vida nos ofrece la posibilidad de envolverlas con dulzura hasta sanarlas. Siempre tenemos la opción de acogernos con ternura, de tratarnos con respeto, de ser amables y pacientes con nosotras mismas.
Es bueno, a mi entender, observar con cierta distancia los mecanismos que nos llevan a actuar de determinadas maneras para poder, con mucho amor, trascender lo que nos hace daño.
Si decidimos vivir con cariño, dejar atrás maneras de hacer, confiar en nosotras mismas, aunque a veces tengamos que saltar al vacío para seguir adelante, el Universo se encarga de facilitarnos el camino.
Deja un comentario