EL TIEMPO POR SÍ MISMO NO CURA NADA

Os dejo el link de la entrevista que me ha realizado Meritxell Prat para El Periòdic d’ Andorra: https://www.elperiodic.ad/entrevista/67984/el-temps-per-si-mateix-no-cura-res

Y añado el texto traducido al castellano:

Mercè Castro es licenciada en ciencias de la información. El 26 de diciembre de 1998 tuvo un accidente de coche en el que murió su hijo. Diez años después creó el blog Cómo afrontar la muerte de un hijo. Este viernes dará una conferencia (19.30 horas) en el Hotel Céntrico de la capital de la mano de la asociación Marc G. G.

-Como se afronta la muerte de un hijo?

-Es un camino difícil, pero no es imposible volver a la vida. Creo que la mejor manera de afrontarlo es no rehuyendo lo que sientes, sino
acogiendo todas tus emociones, la tristeza, la rabia, la frustración; contar con mucho apoyo de grupos de duelo o terapias y contar mucho con el amor incondicional, con el amor en estado puro.

 

Que nos dé vergüenza llorar o expresar determinados sentimientos, es un obstáculo?

-Sí, nuestra sociedad, culturalmente, esconde las emociones. Cuando nos preguntan: «¿cómo estás?», Todo el mundo dice que bien, pero no siempre estamos bien. Por el hecho de vivir sentimos tristeza, dolor, alegría, rabia, son emociones naturales que conlleva el vivir, pero no tenemos una educación de permitirnos acoger estas emociones. Y durante el camino del duelo tenemos que ir descubriendo, con la ayuda de todas las personas posibles, cómo acogemos estas emociones.

-Comparte eso que se dice que el tiempo lo cura todo?

-No, nada. Además puede causar mucha frustración. El tiempo por sí mismo no cura nada. Cura lo que se hace durante este tiempo, la mirada
interior que haces, las cosas que puedes llegar a cambiar. Porque se entra en el duelo siendo uno, y durante la travesía tienes que ir cambiando porque nunca se puede ser el mismo después de un gran duelo.

-A menudo se cuestionan los modos de llevar el duelo.

-Es cierto, pero cuando estás en momentos vitales de absoluta supervivencia lo que piense o crea la gente, no tiene importancia. Cuando estás en la primera línea del acantilado, en mi opinión, uno debe mirar qué le va bien y qué no. Y si te va bien, lo haces, aunque políticamente
o socialmente no sea correcto, porqué estás en momentos de muy poca energía y de mucha incertidumbre. Por lo tanto, todos los convencionalismos sociales, de alguna manera, explotan, no puedes mantenerlos. Cada duelo es personal e intransferible, no hay fórmulas mágicas.

-Y el entorno a veces no sabe consolar.

-Como cultura no sabemos cómo afrontar la muerte porque todavía tiene una parte de tabú. En cambio, hablar de la muerte es hablar de la vida. A veces las palabras no tienen demasiado sentido y encuentro que reconforta más una mirada dulce, un abrazo, que te cojan la mano o una sonrisa.

-Deberíamos hablar más de la muerte?
-A todas las personas que se nos ha muerto un ser muy querido nos gusta que nos hablen, en cambio, la gente, a veces hace silencio y es un error. Una muestra de cariño, en días señalados, te saca malestar, por ejemplo.

GRACIAS MERIXELL

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