CUENTO DE KHALIL GIBRAN

Dijo una ostra a la otra vecina:

– Siento un gran dolor dentro de mí. Es algo pesado y redondo, que me hace daño.

– Alabados sean los cielos y el mar –respondió la otra con altiva condescendencia- yo no siento dolor ninguno. Estoy buena y sana, por fuera y por dentro.

En ese momento, un cangrejo que pasaba oyó a las dos otras y dijo a la que estaba buena y sana por dentro y por fuera:

-Si, estás buena y sana: pero el dolor que siente tu vecina es una perla de extraordinaria belleza.

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