CÓMO ME GUSTAN LOS HOMBRES

 
 
Cómo me gustan los hombres que levantan casas, ladrillo a ladrillo, que construyen puentes o enormes barcos que cruzan océanos. Cómo me gustan los hombres que trabajan con pasión la tierra, que arreglan motores o lo que sea. Cómo me gustan los hombres que pasan meses lejos, faenando en mares embravecidos o la noche despiertos intentando encontrar la manera de llevar más dinero a casa.… Cómo me gustan los hombres que miran con amor a las mujeres, que forman un buen equipo con ellas, que crean una seductora complicidad con sus parejas.
 
Esos hombres, preparados durante siglos para luchar en mil batallas, apenas saben llorar y se rompen en silencio por dentro cuando la muerte les impide proteger lo que aman. Por eso su duelo es distinto al nuestro. Ellos no suelen contar con el consuelo de otros hombres. A muchos los han educado para no mostrar lo que sienten, para desgarrarse en pie y solos. Por eso, para evitar que el dolor propio y el que arrastran de sus ancestros les lleve a las salidas conocidas, como la bebida o la huida, que viene a ser lo mismo, es bueno que encuentren un lugar seguro y se desmonten.
 
Ese lugar sagrado puede ser un grupo de duelo y/o la consulta de un buen terapeuta que les acompañe y acoja para poder drenar, sin remordimientos, siglos de tormento. A los hombres les duele lo mismo que a nosotras pero les cuesta más expresarlo y pedir ayuda. ¡Y la necesitan tanto!
 
No es posible generalizar, eso lo sabemos todos, y la realidad es que siempre ha habido hombres que han estado más en contacto con sus sentimientos que otros, ¿verdad? Pero también es cierto que a esos hombres “sensibles”, hasta hace poco se los ha penalizado.
Nuestra sociedad, que por suerte está cambiando, ha apostado por los hombres implacables, de hierro, triunfadores, como si todos tuvieran que ser Zeus o Apolo. Dioses que no sienten. Y qué calvario si uno se da cuenta que no encaja, que no tiene más remedio que fingir una seguridad, un control que se les escapa.
 
Podemos darle la vuelta a tanto sufrimiento y dar a luz y apoyar a los nuevos guerreros, a esos hombres que hablan sin vergüenza de sus heridas, que ven el fracaso como una victoria, como una oportunidad de cambio, que no esconden su miedo, su desespero, su cansancio… Guerreros que, aunque a menudo se sienten perdidos, saben que el único triunfo consiste en que todos vivamos en paz y armonía.
 
Esos nuevos guerreros van de la mano de las mujeres que no ven a los hombres como a sus enemigos, mujeres que no buscan salvadores, que saben mirar más allá de las apariencias y no temen los desafíos. Sé que un mundo mejor es posible. Aunque también soy consciente que hoy muchas mujeres, demasiadas, llevan en el corazón heridas abiertas causadas por hombres alejados de su esencia. Esas heridas permanecerán abiertas hasta que el perdón y el amor hacia nosotros mismos vayan sanándolas.
 
Cada historia de dolor encierra la extraordinaria posibilidad de ampliar la conciencia. O lo conseguimos juntos o nos quedamos todos fuera en el desierto gélido de la desesperanza. De todas formas, tenemos toda la eternidad para lograrlo. La buena noticia es que, aunque pasen milenios el amor, al final, gana.

 

 
 

2 Responses to CÓMO ME GUSTAN LOS HOMBRES

  • Bartolomé Martos dijo:

    Hola Merce yo soy un hombre, pero en cierta forma no me siento identificado con tu descripción.
    Perdí a mi hija el 9 de Marzo del 2020 y si siento el dolor como cualquier mujer o persona, si que en mi entorno, no de forma directa se me pide fuerza pero llega un momento que te satura esa fuerza y acabas agotado y se convierte todo en negro.
    Perdí a Marina de una forma muy parecida a la de Alby el hijo de mi amigo ya Carlos fresneda.
    Después de un año sigo sintiéndome vacío sin respuestas, sin objetivos, sin esperanzas, es tanto el amor que nos procesábamos Marina, Rosa (mi compañera de viaje) yo que creo que eso nunca se va a llenar con nada, ni niña era tan perfecta como hija, que me hace sentirme orgulloso todos los días de haber sido padre los 26 años que compartimos juntos de forma física había tanto amor tanto orgullo por todas las partes que haber desaparecido eso de un plumazo me hacer plantearme si realmente merece la pena seguir.
    Rosa es mi otro amor mi compañera la artífice que nuestro grupo de tres haya sido como es tres en uno solo y la falta de un miembro a descontrolado todo.
    Hablo con ella todos los días y no consigo tener consuelo, me levanto para trabajar me miro al espejo y veo mi imagen pero no soy yo. Algunas veces pienso que la vida anterior cuando ella estaba ha sido un sueño muy bonito pero ha quedado en el pasado. He leído el libro de Carlos (Querido hijo) y ahora estoy empezando a leer el tuyo, todabia no tengo fuerzas para vivir el duelo como vosotros lo estáis llevando o superado, desde mi punto de vista nunca podre superarlo me falta su aliento, su olor, su ambición, su amor, su vida. Jaime su pareja nos ayuda bastante se ha convertido en un hijo para nosotros, pero no esta Marina y ansió que este ella, se que es una utopía, pero sigo necesitado su fuerza vital todos los días.
    Bueno quería expresar todo esto hoy ya que tengo un día malo, y como bien escribes los hombres tenemos pocas personas a nuestro alrededor que entiendan que sufrimos y sufrimos mucho, porque según el amor que has procesado a una hija así es el dolor que se tiene y el amor que nos teníamos recíprocamente es muy grande,
    Gracias por intentar ayudar a personas desesperadas como yo me encuentro en este momento.

    • Mercè Castro dijo:

      Hola Bartolomé, a mi no me gusta el verbo superar referido a la muerte. Me suena a dejar algo atrás y la vida y la muerte de nuestros hijos, al menos a mi, me acompañará siempre. De lo que se trara, a mi entender, es conseguir que no duela, al menos no con el dolor que sientes ahora. Ha trancurrido muy poco tiempo de la muerte de tu hija. También creo que, por si solo, el tiempo no arregla nada. Es preciso una instrospección para encarar los miedos, nuevos y antiguos. A mi me parece que es bueno pedir ayuda especializada. Es demasiaso grande lo aque nos ha sucedido para no contar con apoyos. No vas a tener la vida de antes, eso ya lo sabes, pero sí que es posible tener una vida amorosa. Eso sí el recorrido es largo, ten paciencia contigo mismo y mímate todo lo que puedas. Un abrazo grande.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contador
Visitas
MIS LIBROS
Volver a Vivir

Clicar en la imagen

Clicar en la imagen.

Clicar en la imagen