PALABRAS DE AMOR

 

 

Abraza tu mente y, cuando se entregue con dulzura a tus caricias, acúnala en tu corazón. Allí, en el refugio de tu pecho es fácil hablarte a ti misma con amor.

 

En ese espacio sagrado puedes ser sincera y dejar que brille tu inmensa fragilidad, tu infinita valentía, tu miedo a vivir o a morir, la ilusión de desperar en calma, con sosiego cada día.

 

Aunque ruja la tormenta y la fuerza del viento sea inmensa, ten paciencia, enciende una velita al amparo de la calidez de tu esencia y descansa.

 

No estás sola, el amor te acompaña, permítele que te ampare, escúchale en silencio. Déjate abrigar por el impulso de la vida, no te compares con nadie, siente la fuerza de tus ancestros y recuerda las veces que te has levantado, agradece las manos que te han sostenido…

 

No temas, el Universo entero te protege, tan solo concédete una tregua para sentir la vida. Da igual lo que digan o piensen los demás, sácate ese peso de encima.

 

Mírate al espejo y sonríele con complicidad a tu alma. Tu luz es preciosa y lo sabes, no te sonrojes. No pretendas tampoco ignorar los celos, la rabia, la envidia, la desazón, la falta de sentido, el cansancio, lo que sea que muestre también tu reflejo. Simplemente observa, no hay nada a corregir en este momento. Eres infinitamente valiosa, sientas lo que sientas. Quédate en tu corazón y disfruta de la calidez de sentirte querida.

 

 

 

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