CÓMO DARLE LA VUELTA A UN DÍA DIFÍCIL

Si nuestra energía es baja, es fácil dejarse arrastrar por el carrusel del desasosiego y el sufrimiento. Cuando no estamos en nuestro mejor momento, es cuando más atentos hemos de estar a nuestros pensamientos. Si no les ponemos límites, los pensamientos derrotistas crecen como las bolas de nieve. En los días en los que no me siento a gusto, ni conmigo misma,procuro parar unos minutos y recordar lo bueno que hay en mi vida, por pequeñito que sea. Me detengo en las cosas bonitas que me han sucedido. En esos días difíciles no escucho los telediarios, no dejo que entren en mi corazón las malas noticias, el miedo a la crisis, la crispación. En vez de eso, en la pantalla de cine de mi mente repongo las palabras cariñosas de una compañera, la sonrisa que me ha regalado un niño por la calle, el precioso tono rojizo de las nubes que he visto en el cielo, todas las veces que llamo a mi padre y me dice que ha pasado un buen día, la gratitud por tener unos hijos que me quieren, aunque a uno de ellos no lo vea, el amor de mi madre desde el otro lado, el de mis abuelas, la agradable sensación de tener una casa donde cobijarme, la tarde en que me bañé en el mar hasta que se puso el sol… Así voy deshaciendo las bolas de nieve. El día es el mismo, pero yo, después de recordar lo bueno, lo veo todo distinto.

ASOCIACIÓN RENACER

La asociación Renacer, de acompañamiento al duelo, me ha hecho llegar vía mail “Páginas sin punto final… Sobre lo que Implica la Esencia de Renacer”, de Alicia y Gustavo Berti. Todavía no lo he terminado, pero creo que es un excelente

manual para los padres que enfrentan la muerte de sus hijos.

En él hay citas de Victor Frankl que me gustaría reproducir, como estas:

.”El hombre que se levanta por encima de su dolor, para ayudar a un hermano que sufre, trasciende como ser humano.

Respecto al sentido de la vida, Frankl afirma que “la vida tiene un sentido incondicional que no se pierde en circunstancia alguna, ni aún cuando el hombre de enfrenta con la triada trágica de su existencia, como son el sufrimiento, la culpa y la muerte. El sufrimiento se resuelve a través del servicio, la culpa a través del cambio existencial y respecto a la muerte, los padres aprenden a apreciar las oportunidades que la vida les ofrece, para realizar acciones de valor en homenaje a sus hijos, y deben hacerlo hoy, ya que desconocen la duración de sus propias vidas; la muerte se convierte así en acicate para la acción responsable”.

“Dejando fluir estos sentimientos en nuestro interior, daremos paso al nacimiento de un nuevo ser en nosotros, un ser capaz de disfrutar nuevamente del sol y de la naturaleza en todo su esplendor, un ser que no se resentirá por la vida, porque ha comprendido la muerte”.

Flankl afirma: “Al hombre se le puede arrebatar todo en la vida, menos la última de las libertades individuales: la actitud con que enfrentará lo que le toca vivir”.

El texto completo de “Páginas sin punto final” se puede encontrar en la sección de libros de http./www.gruporenacer.wordpress.com/

DESDE MI CIELO

Esta preciosa poesía se leyó el día que incineraron a Christian, el hijo de Carmen, que murió a los 21 años mientras dormía. Es tan bonita que he pensado que a todos nos hará bien conocerla.
Gracias Carmen

DESDE MI CIELO

Ahora que está todo en silencio
y que la calma me besa el corazón,
os quiero decir adiós.

porque ha llegado la hora
de que andéis el camino ya sin mí,
hay tanto por lo que vivir.

Hay tantas cosas
que nunca os dije en vida,
sois todo cuanto amo
y ahora que ya no estoy junto a vosotros
os cuidaré desde aquí.

vivo cada vez que hablais de mí
y muero otra vez si llorais.

Desde mi cielo
os arroparé en la noche,
os arrullaré en los sueños,
y espantaré todos los miedos.

Desde mi cielo
os esperaré,
no estoy solo pues me cuidan
la libertad y la esperanza
y nunca jamás os olvidaré.

CÓMO COMUNICAR A LOS NIÑOS LA MUERTE DE UN SER QUERIDO

Este artículo lo publiqué en el 2004 en la enciclopedia «La salud de nuestros hijos» de Círculo de Lectores.

Cuando se trata de anunciar la muerte de un ser querido hay que actuar con sinceridad, de nada sirven las mentiras piadoras ni las verdades a medias. Al contrario, cualquier falsa esperanza resulta demoledora. Hay que hablar al niño con cariño y palabras sencillas, exponiendo los hechos tal como son y confiar en que, por muy grande que sea su dolor, sabremos ayudarle. Los niños perciben la gravedad de las situaciones, aunque los adultos intenten disimular. Si se les mantiene al margen, aunque sea con la intención de protegerles, todavía sufren más. El primer contacto con la muerte de alguien que amamos produce, inevitablemente, una herida profunda, pero como todas las grandes crisis también proporciona la posibilidad de aprender a apreciar la esencia de lo realmente importante: el amor.

Distintas formas de decirlo

En función de las creencias familiares es posible abordar la muerte de un modo u otro:

.Creencia espiritual. El cuerpo deja de extir, pero el alma o la energía de la persona vive eternamente. Se le puede explicar al niño que el proceso de morir es parecido al que tiene lugar cuando los gusanos de seda dejan de serlo para convertirse en mariposas. Las personas vuelan hacia el cielo y entran en otra dimensión. Siguen existiendo, aunque no podamos verlas, y se convierten en ángeles de la guarda de los niños a quienes quieren.

.Familia agnóstica. Se le puede explicar al niño que el amor que esta persona ha dejado permanece en el corazón de los que le aman. Se trata de un «tesoro» al que se puede recurrir siempre que se esté triste. Estos recuerdos y pensamientos amorosos, con el tiempo, tienen el poder de transformar la tristeza en alegría y la añoranza en un entrañable sentimiento de compañerismo y solidaridad. Sigue leyendo

EL PENSAMIENTO ES CREATIVO

Un amigo me ha mandado esta entrevista que salió publicada en el diario «La Vanguardia». Habla de la importancia de ejercitar la mente para crearnos una realidad mejor. Yo he comprobado que la meditación ayuda mucho a conseguirlo.

MARIO ALONSO PUIG, CIRUJANO

«Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra»
Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. «Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando». Hay que entrenar esa mente.

Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas.

-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

-¿Psiconeuroinmunobiología?

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

-¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

-¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios. Sigue leyendo

CÓMO ATRAVESAR EL DOLOR

He pasado media vida intentando armar un caparazón que me protegiera del dolor. Es algo que aprendí instintivamente, debe formar parte de mi naturaleza. De pequeña y jovencita encajaba los pequeños o grandes sinsabores y los guardaba en lo más hondo de mí, bajo siete lleves, con la intención de que desaparecieran. No sabía hacerlo de otra forma, supongo; nunca he sido llorona y siempre me ha costado desfogarme gritando. A los treinta y pocos mi alma se descompuso después de un aborto y yo seguía sin saber qué hacer con el dolor más que encerrarlo. Gracias a esa sacudida, que arrastró con violencia todo el dolor que había ido guardando, empecé a escucharme: el yoga y la homeopatía me ayudaron. Pero hasta que la muerte de Ignasi no desbordó la presa y me arrastró al fondo, hasta casi ahogarme, no acepté el dolor como parte de la vida. Fue entonces cuando descubrí que encerrarlo, reprimirlo o ignorarlo era mucho más doloroso que sentirlo. El dolor y el miedo pierden fuerza cuando los reconocemos, cuando les otorgamos un espacio.

De hecho, cuando estamos dispuestos a vivir el dolor, cesa el sufrimiento. A partir de ahí, los terapeutas pueden ayudarnos. No es posible recoger cosechas sin labrar los campos.

AMBIVALENCIA

 

Hoy empieza el curso escolar y recuerdo el sentimiento ambivalente que sentía cuando mis hijos eran pequeños y volvían a la escuela: por un lado, me alegraba el regreso a la rutina invernal y, por otro, me entristecía romper la magia de los días sin prisa, sin horarios, sin obligaciones.

La ambivalencia forma parte de mi vida; me enorgullece que mi hijo Jaume se haya independizado, me produce una honda alegría verle coger las riendas de su existencia y, al mismo tiempo, me invade la nostalgia cuando entro en su habitación vacía ya de sus cosas. Lo mismo me ocurre cuando pienso en Ignasi. Le agradezco infinitamente todo lo que me ha ensañado antes y después de su muerte. He aprendido a valorar lo esencial desde que el no está en este mundo. Soy más consciente de la felicidad, de la alegría, vivo más ligera, me agobio menos. Sí, he crecido espiritualmente, pero no tanto como para que no eche de menos su sonrisa, su mirada, su voz… ¿Será siempre así?

A veces, en momentos especiales, únicos, relacionados siempre con el amor en mayúsculas, intuyo lo que hay más allá de la ambivalencia: la aceptación total de la VIDA. Esa pequeña percepción consigue apaciguar el desasosiego y me gusta.

LA MUERTE NO EXISTE

Hoy he recibido por mail el extracto de una conferencia que impartió la Dra. Elisabeth Kübler-Ross hace años. Las palabras de esta extraordinaria mujer consiguen llegar directamente a mi alma, siempre. Es por eso que me hace ilusión compartirlas con los lectores de este blog.

…Después de haber trabajado con moribundos durante muchos años y tras haber aprendido al lado de ellos lo que es esencial en la vida, ya que hablan de sus arrepentimientos, de sus disgustos, justo antes de morir, cuando todo parece demasiado tarde, comencé a reflexionar sobre que es la muerte.

En mis cursos, el testimonio ofrecido por la señora Schwarz fue el primero que conocimos de una experiencia extracorporal experimentada por alguno de nuestros enfermos. Actualmente, en 1977 ya disponemos de centenares de testimonios parecidos, redactados en California, en Australia o en otros lugares. Todos tienen un denominador común, y es que las personas en cuestión abandonaron su cuerpo físico con toda conciencia. Esta muerte, de la que los científicos quieren convencernos, no existe en realidad. La muerte no es mas que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera
que la mariposa deja su capullo de seda. La muerte es el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continua experimentando, viendo, oyendo, comprendiendo, siendo, y en el que se tiene la posibilidad de continuar creciendo. La única cosa que
perdemos en esta transformación es nuestro cuerpo físico, pues ya no lo necesitamos. Es como si se acercase la primavera, guardamos nuestro abrigo de invierno sabiendo que
ya esta demasiado usado y no nos lo pondremos de todas maneras. La muerte no es otra cosa. Sigue leyendo

EL CONSUELO DE RENDIRSE A LA VIDA

 

Estoy en nuestra casa de Menorca y llueve. Es una lluvia persistente, de las que empapan la tierra y dejan las hojas de los árboles limpísimas, dispuestas para relucir cuando el gris amaine y aparezcan los primeros rayos de sol. Es un día propicio para desempolvar emociones, arropada como estoy por la suave cortina de agua que, con dulzura, me resguarda del mundo exterior y me da una tregua para estar conmigo misma, recogida.

Mirando por la puerta abierta de la cocina que da al patio, recuerdo nuestro primer verano silencioso, aquí en la isla. ¡Qué doloroso y agradable, al mismo tiempo, es rendirse a la vida!, sin expectativas.

Cuando uno no espera nada, es más fácil apreciar la bondad de pasear por la orilla del mar, notar como el sol reconforta el alma, sentir el sostén de la tierra al andar descalza… La naturaleza es una buena compañera en los procesos de duelo. Tiene efectos terapéuticos. Pero cuando uno está inmerso en el tiempo sin tiempo que envuelve las grandes pérdidas, todo lo que reconforta vale. A mí, impaciente y ansiosa de nacimiento -mi madre contaba que nací en menos de un minuto-, me apacigua la lentitud y el silencio. Otros necesitarán bullicio y compañía. Lo que no sirve, de eso estoy segura, es castigarnos, hacer las cosas por obligación, por el que dirán, porque siempre ha sido así, por huir de uno mismo.

Rendirse no tiene nada que ver con resignarse, con abandonarse y dejarse morir, al contrario, es el impulso que nos ayuda a volver a encender la velita de la vida. En definitiva, es dejar de pelearnos y aceptar lo bonito, creer en que todo pasa, todo, menos el amor.

EL PASO DE LA VIDA A LA MUERTE

 

Mi suegra tiene 90 años y se está apagando, el suyo es un final largo, tamizado por la niebla del alzheimer, con esporádicos destellos de conciencia. La suya está siendo una muerte anunciada; su cuerpo envejecido pide a gritos descanso y todos los que la queremos deseamos que llegue pronto la hora de su último suspiro. Pero la muerte tiene su propio ritmo; a veces se hace de rogar y, otras, aparece sin previo aviso y arrasa con todo nuestro mundo conocido, da una vuelta completa a nuestras vidas y nos deja desnudos en medio de la nada. Así es como se sienten los padres a los que se les ha muerto un hijo: vacíos. Este suele ser el punto de partida, el inicio de una transformación lenta y profunda. Ya nada será como antes, nuestros ojos con el tiempo adquirirán otra mirada, quizá más serena, si hemos sido capaces de pasar por el tormento de las emociones alocadas, si hemos dejado salir la rabia contenida y escondida detrás de la tristeza. Hay que estar dispuestos a sentir, sin retener, sin impacientarnos, sin juzgarnos. ¡Qué difícil es sentirse morir de pena y aceptarlo con la vista puesta en volver a alcanzar la alegría! ¡Qué difícil y necesario!

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