ME GUSTA IMAGINAR
Hoy me dejo mecer por la nostalgia. Es una nostalgia dulce; contiene tristeza por lo que fue y dicha por haber vivido lo perdido.
No hay en este sentimiento quejas ni reclamos. La vida es lo que es y cada día encierra la posibilidad de un nuevo comienzo.
He vivido momentos de intensa plenitud y otros de dolor inmenso. No reniego de nada. Cada experiencia, error, alegría y desengaño han ido esculpiendo con paciencia lo que soy y señalan, tal vez, el camino de lo que seré.
El dibujo final, el definitivo, no obstante, aparecerá con claridad el día de mi último suspiro.
Mientras, me gusta imaginar que tengo la libertad de vivir a mi aire, de reír, de crear mi realidad. Me encanta correr velos, abrir puertas y sentir que mis muertos están tan cerca de mi como los vivos.
Me gusta imaginar que por la noche, cuando cierro los ojos, un manto de paz cálido envuelve todos los rincones de este mundo y nadie, nadie siente frío, hambre o miedo.
Querida Mercé, si supieras todo el bien que haces con tus palabras, palabras que consuelan como reza el título de tu último libro. Te encontré en el comienzo de mi duelo por mi hija Olivia y siempre te leo, con agradecimiento y emoción. A medida que el duelo avanza comprendo más significados de lo que compartes, antes me quedaban ocultos por el dolor. Con tu ejemplo me animé a escribir un blog y es una terapia efectiva a la vez que sirve de ayuda a otros. Gracias por tu sensibilidad. Un gran abrazo
Gracias Alicia, escribir ayuda mucho, en todas direcciones.
Un abrazo enorme y muy cálido
Hola Merce,no sé si ha sido el destino o la casualidad que tus palabras llegarán a mí y que supiera de la existencia de tus libros que los buscaré,precisamente en la madrugada del día en que tú escribías ésto,mi hijo Jordi de veinte años sufrió un accidente de coche,igual que el tuyo fue un golpe en la cabeza,estuvo dos días en U.C.I,pero desgraciadamente su cerebro dejó de vivir.
Ya sé que aún es pronto,también entiendo algunos comentarios de madres cuando dicen que para otras personas se ha convertido en un tema tabú,necesitamos hablar de ellos y dejar salir nuestros sentimientos,gracias,gracias por escribir,tus palabras nos llenan de consuelo.Besos.
Carmen preciosa,
Un abrazo muy grande escríbeme siempre que quieras. Empiezas un duelo desgarrador, qué voy a decirte que no sepas, pero es posible con el tiempo y un trabajo interior salir, quizás, fortalecido
la verdad querida mercedes he leído algunos de sus comentarios, mi hija mayor murió hace 2 años y medio y todavía la sigo llorando, he tratado de supera este dolor que llevo por dentro ya no soy la misma de antes pienso que dios tomo la mejor decesicion.
Pero como poder superar este vació que llevo por dentro, busco todas sus pertenencias y recuerdo los últimos momentos que tuve con ella en el hospital solo fueron 13 días que el destino me permitió estar a su lado, hasta el ultimo momento que respiro.
En mi hay un dolor pienso que para que estoy aquí, tengo otra hija que trato de ayudar tiene fibromialgia, y problema en la columna, no concibo que mi hija haya partido, mi alma esta triste
Hola Mireya,
Dos años es muy poco para trascender el dolor desgarrador que supone la muerte de un hijo. Incluso diría que el segundo año es peor. Los altibajos propios del duelo nos sobrevienen ya muy cansadas. Yo necesite ayuda de muchos terapeutas y terapias. Es demasiado difícil recorrer ese camino como para no contar con todo tipo de soportes. Lo que sí puedo decirte es que con un trabajo interior es posible volver a renacer.
Un abrazo grande preciosa