DE ORUGA A MARIPOSA

Durante esta metamorfosis, ese paso de oruga a mariposa, no estamos solos, aunque a veces nos lo parezca. Hay tantas cosas que no vemos, pero sin embargo existen. En los momentos de crisis vitales nuestros guías, los maestros ascendidos, nuestra parte divina y todos los seres que nos aman hacen horas extras. “Dios no juega a dados con el universo”, decía Einstein, el plan es perfecto, aunque, a veces, aquí en la tierra no veamos claro el guión.
Por eso es bueno buscar un lugar tranquilo, aparcar por unos minutos el desespero y, con la mano en el pecho limitarse a sentir ese calorcito de amor que nos mantiene unidos y confiar. Sé que llevamos siglos poniéndonos en lo peor, esa suele ser la dinámica predominante en nuestras sociedades, pero, desde luego, no resulta la más eficaz. Nadie se cura po
niendo sal en la herida. El bálsamo para los corazones rotos es el cariño, la suavidad, la gratitud, el perdón, la ternura…

Recuerda todas las veces que has sacado fuerzas de la nada para levantarte, que has preparado la comida, que has ido al trabajo, que has sonreído a un niño, que has cuidado de tus hijos, de tu padre, de tu madre, de algún amigo. Que incluso sintiéndote triste, enfadada, confusa, perdida has seguido adelante. Eres una heroína, no te quepa la menor duda y te mereces un gran homenaje. Siente como te aplaude el universo entero.
Deja un comentario