BENDITA LLUVIA

 

Llueve. El susurro del agua, tan deseada, me acuna, me sosiega. Bendita agua que alivia los campos resecos, que limpia y alegra mi alma en esta tarde que huele ya a otoño.

 

Cierro los ojos para escuchar mejor el canto dulce de la lluvia y me conecto a la Tierra, a esa madre generosa que nos sostiene.

 

Sé que cuando se atraviesan duelos severos es difícil mantenerse aquí y ahora, con facilidad estamos a años luz, con la mente desbocada.

 

Pero añadir nuestra ausencia a las ausencias complica más las cosas. hay muchas maneras de regresar, de estar presentes. El duelo nos da tiempo para descubrir cada uno las suyas.

 

Cuando me pierdo, a mi me va bien parar, respirar profundo e invocar mi parte más sabia, mi poder sagrado. Con los pies bien anclados en el suelo, me gusta imaginar que soy un árbol frondoso con buenas raíces. Eso me da fuerza.

También me reconforta bañarme en el mar, disfrutar del sol al atardecer o a primeras horas de la mañana, escuchar como hoy la lluvia… pero sobre todo, lo que cura mis heridas es agradecer cada momento de la vida, buscar lo bueno en lo que aparentemente no lo es tanto. Al fin y al cabo, a mi me gusta pensar que somos chispitas divinas viviendo una aventura, por un tiempo limitado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contador
Visitas
MIS LIBROS
Volver a Vivir

Clicar en la imagen

Clicar en la imagen.

Clicar en la imagen