DATE UN RESPIRO
Haz un paréntesis para estar contigo, sin reproches, ni juicios, ni ninguna intención, solo por el placer de acompañarte y mimarte.
Busca a la niña que fuiste y sonriele, ella no sabía lo que le deparaba el futuro, su inocencia todavía está en ti y se merece todo tu amor.
Darse un respiro es eso, dejar de exigirse, ir a lo básico; respirar, no poner resistencia a nada, hacer las paces con lo que venga.
Esperar lo mejor porqué te lo mereces. Sé que sobrevivir a la muerte de un hijo nos acerca durante un tiempo a la locura: es mucho dolor! Sabemos lo que es estar fuera de la vida.
Por eso, cualquier destello de ternura hacia nosotras mismas es agua de mayo. Buscar la belleza, escribir o hablar de lo que sentimos nos da alas.
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