CUIDA LA NIÑA QUE HAY EN TI
Tengamos la edad que tengamos, a mi me parece que en cada uno de nosotros vive aún, en un eterno presente, el niño o la niña que fuimos.
Tal vez conservemos pocos recuerdos de nuestros primeros años, pero lo que sentíamos entonces, lo que creíamos que estaba bien o mal, según lo que nos decían o veíamos en casa, sigue, de alguna manera, dentro de nosotros.
Por eso, cuando me siento triste o asustada es la niña que hay en mí la que necesita con desespero mi consuelo. Con la mente puedo inventarme mil historias para intentar calmarla, pero si la niña está enfadada, triste o tiene miedo, de nada sirven los razonamientos. Tan solo las palabras dulces y los imaginarios abrazos le dan sosiego.
Habla con ella, permítele tener miedo, al fin y al cabo el temor es bien humano. Puedes explicarle que, si entre las dos, en vez de esconderlo lo cogéis con suavidad de la mano posiblemente se acabe desvaneciendo.
No te olvides de tu niña, ahora solo te tiene a ti para cuidar de ella.
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