FANTASMAS DEL CORAZÓN
C0mparto esta reflexión de Jeff Foster. La encuentro preciosa:
Nada ni nadie puede ser borrado del corazón. Porque una vez que fuiste tocado por alguien y lo tocaste a cambio, una vez que lo abrazaste tiernamente entre tus brazos y él te abrazó a cambio, y lo reconociste como tú mismo, y lo dejaste entrar, queda un recuerdo indeleble en el corazón; sin importar lo mucho que intentes olvidarlo, sin importar lo mucho que trates de alejarlo. Porque el corazón no conoce de tiempo, ni ausencia, ni separación, ni errores, y somos siempre inseparables de todo lo que hemos experimentado o de lo que hemos huido. Estamos hechizados por el pasado hasta que lo enfrentamos, somos perseguidos por todo aquello que hemos evitado.
El corazón cerrado, que en un principio aparenta ofrecer cierta protección, pronto se siente como una prisión, y hay un dolor más grande que ese dolor: el dolor de huir de nuestro dolor, separándonos de nosotros mismos para ir en busca de algún ideal de ‘amor’ de segunda mano. No puede haber dos. Sólo hay Uno.
El amor no puede ser dividido, sin embargo corremos hasta que las piernas nos arden de dolor. Y por fin, caemos de rodillas, exhaustos. Y después, quizás, nuestros corazones se abren. Y no podemos cambiar el pasado, no podemos borrar lo que ocurrió, pero sí podemos enamorarnos del presente, de donde estamos, con la clase de amor que siempre buscamos en el tiempo.
Cae en mí, susurra. Deja ir todo.
Y los tristes fantasmas corriendo hacia ti sólo querían ser admitidos en el resplandor de tu presencia. Su viaje encuentra el fin, y mueren una dulce muerte en tus brazos, disolviéndose en luz.
Eres perdonado, en la presencia, y no había nada que perdonar.
– Jeff Foster
DE LA MUERTE A LA VIDA
Preciosa reflexión de Jeff Foster:
En el corazón de la experiencia del duelo se encuentra un foco agudo y doloroso en eso que ‘falta’ en tu experiencia presente, en lo que ‘ya no está’, en lo que ha sido ‘perdido’ y que ‘jamás volverá’; en la ausencia de algo o alguien, en lugar de su amorosa presencia.
El duelo contiene la destrucción de un sueño con el que nos habíamos familiarizado y que decía ‘cómo iban a ser las cosas’, contiene una ruptura del estatus quo, la destrucción de las expectativas, la ruina de las esperanzas; y los planes más preciados ahora se han vuelto en escombros.
La sanación implica un cambio sutil pero radical en este enfoque – de lo que está ausente a lo que está presente, de lo que ha sido perdido a lo que nunca se pierde, de lo que ya no está aquí (y nunca regresará) a lo que aún está aquí, y nunca habrá de irse. De la muerte a la vida. Del amor perdido, al amor, a pesar de la pérdida. De la ausencia a la presencia. Del drama a la respiración.
Una invitación a ser aquí, en donde tu ser querido sigue viviendo, como presencia, como el Infinito.
Jeff Foster
SEGUIREMOS VIVIENDO
Estoy leyendo este precisoso libro de Elisabet Pedrosa, la madre de Gina. Cada una de sus palabras me llegan al alma y resuenan muy hondo en mi corazón. Es entrañable, puro amor. Aunque nuestras historias son distintas, me siento inmensamente acompañada, comprendida, unida… La lectura de este libro reconforta, es un canto a la vida. Gracias Elisabet.
Comparto esta información sobre el libro que ha aparecido en El Diario Vasco:
La escritora y periodista Elisabet Pedrosa publica ‘Seguiremos viviendo’, un testimonio sobre cómo logró seguir adelante tras el fallecimiento de su hija Gina, afectada de Síndrome de Rett
«18 de enero de 2014. Hacía dos días que había muerto nuestra hija Gina, de once años, y estábamos a primera hora de la mañana al lado de su féretro, de cuerpo presente, en el tanatorio Les Corts de Barcelona. Entonces llegó Sergi, el médico de paliativos, para darnos el pésame. Gina entró en paliativos en mayo de 2013. Cuando el médico se fue yo ya tenía muy clara la idea de escribir».
Así introduce Elisabet Pedrosa su conmovedor monólogo con su hija muerta, ‘Seguiremos viviendo’. Un texto que le ha ayudado a seguir adelante y que ahora, convertido en libro, también podrá ayudar a otros padres que estén pasando por la misma situación.
«Este texto nace de la desesperación de una madre a quien se le ha muerto una hija, de la necesidad de explicar y compartir»
«Este texto nace de la desesperación de una madre a quien se le ha muerto una hija, de la necesidad de explicar y compartir. (…) La pérdida de un hijo o una hija nos sitúa en el peor de los escenarios; no obstante, si aprovechamos esta crisis para indagar en nosotros mismos, resulta tremendamente revelador. Este libro ha sido cien por cien terapéutico, y me gustaría que también lo fuera para vosotros: tanto si estáis pasando por un proceso de duelo, como para cuando os encontréis en esta situación, o simplemente para girar vuestra vida del revés y darle una nueva dimensión. Todos tenemos pérdidas, grandes y pequeñas. Estamos todos en el mismo barco y, por el camino, inevitablemente, vamos sufriendo pérdidas personales, emocionales y materiales», escribe Pedrosa.
Así, con la verdad por delante, y con delicadeza y mucho corazón, la autora nos lleva de la mano para contarnos cómo fueron los últimos años junto a su hija y el dolor profundo que se quedó cuando ella se marchó. Y, quizás lo más importante, nos cuenta cómo se reinicia poco a poco el hilo de la vida: , volver a comer, a cocinar, a bailar, a sonreír… incorporando los recuerdos de esa hija que ya no está. En definitiva, volver a vivir después de tan tremenda experiencia.
Un proyecto solidario
Las ventas del libro irán destinadas a mejorar el equipo de curas paliativas pediátricas del Hospital Sant Joan de Dèu de Barcelona.
Es así como la tragedia de esta madre se convertirá en un hermoso proyecto, cuya finalidad es, además, divulgar el papel y las necesidades de los cuidados paliativos pediátricos, muy escasos en nuestro país —los únicos centros que existen en España en este momento son: el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, el Hospital Materno Infantil de Las Palmas, Hospital Niño Jesús de Madrid y la Unidad de Paliativos de Son Espases, Mallorca, además de algunas unidades de Oncología Pediátrica que prestan atención paliativa a sus pacientes–.
Un testimonio que de seguro servirá para sensibilizar sobre el gran papel que ejerce el acompañamiento a la muerte de las curas paliativas pediátricas y para que sea un derecho lo que aún hoy es un privilegio: que todo niño en situación crítica muera acompañado.
Ya en 2009, Pedrosa publicó Criaturas de otro planeta, una historia que hizo visible el síndrome de Rett, la segunda causa más frecuente de retraso mental en mujeres y que finalmente llevó a su hija Gina hasta la muerte en enero de 2013.
Es necesario divulgar el papel y las necesidades de los cuidados paliativos pediátricos, muy escasos en España
Este Síndrome es un trastorno neurológico de base genética que afecta casi en exclusiva a las niñas. «Las afectadas por SR son totalmente dependientes, ya que en cualquiera de los supuestos, es un trastorno del neurodesarrollo grave que causa pluridiscapacidad, en él la discapacidad intelectual es severa o importante. A día de hoy, la evolución y pronóstico sigue siendo desfavorable, ya que de momento no existe curación ni terapias efectivas en la detención de la enfermedad», explican desde la Asociación Española Síndrome de Rett.
Eso sí, a pesar de que uno de los síntomas es la pérdida de funciones adquiridas, los profesionales hablan de Trastorno del Desarrollo y no de trastorno degenerativo o regresivo.
MELANCOLÍA
Mi amigo canario, Javier Pérez-Alcalde, arquitecto con alma de poeta, me ha enviado este momento mágico que comparto:
«Te parecerá cosa de la prehistoria, me dice, pero para mí es como si fuese ayer.
Yo no me hubiese atrevido, tan torpe, tan tímido, sólo miraba y soñaba. Y fíjate, casi sin darnos cuenta lo construimos todo. Y casi sin enterarnos la vida fue pasando. Aquí veníamos cada tarde a mirarnos de lejos, a no mucho más podíamos aspirar. Y así, muy poquito a poco, un saludo un día, una sonrisa tímida otro, nos fuimos acercando. Y un día se acercó, la postura tímida, el rubor en la cara, se acercó y me dijo: me gustas tú.
Ella hace años que no está. Bueno, que no está en este mundo pero sí que está: sigue a mi lado, como cuando éramos tan jóvenes, con todo por descubrir.
De modo que cada tarde vuelvo a la plaza donde nos veíamos, y donde seguimos mirándonos toda la vida, y nos sentamos juntos a ver pasar la gente, a oler los jardines fragantes recién regados, a sentir en la cara el sol del atardecer. Y ella me va contando bajito sus cosas, y como sólo yo las oigo nadie entiende mi mueca feliz mientras veo pasar la gente, oliendo las flores y con el sol de la tarde acariciándome la cara».
VIDA DESPUÉS DE LA VIDA
Os propongo que escuchéis la intervención de Paloma Cabadas en el IV Congreso Internacional “Vida después de la vida”, que se celebró en Albacete en octubre de 2011.
Paloma Cabadas es psicóloga y autora del libro “La Muerte Lúcida”, entre otros, e imparte cursos y seminarios sobre la evolución de la conciencia.
Esta intervención suya, que es la primera que escucho, ha resonado en mi alma. Paloma sostiene que la muerte es un paso a otra dimensión, que el sufrimiento, aunque es humano, no sirve para nada, al contrario reduce nuestras posibilidades de sentir el amor de nuestros seres queridos y los entristece, tanto a los que están aquí como a los que se encuentran en el otro lado. Sus palabras son amorosas y están llenas de experiencia y sabiduría.
www.youtube.com/watch?v=rf3ca6vDdBM
EL QUE SE SUICIDA NO VE OTRA SALIDA, NO TIENE ELECCIÓN
Visitando el precioso blog http://calcetinreves.wordpress.com/me encontré con esta interesante entrevista que realizó el periodista Victor Amela a Cecilia Borràs, madre de un chico fantástico, Miguel, que se suicidó a los 19 años. Me parecen tan amorosas las palabras de Cecilia, creo que pueden ser de tanta utilidad, que me hace ilusión reproducirlas aquí. La Entrevista salió publicada por primera vez en el diario “La Vanguardia” el 25 de diciembre de 2012.
Con la fuerza del amor Cecilia ha constituido una asociación http://www.despresdelsuicidi.org/ para ayudar a otros padres que empiezan a vivir el dolor desgarrador que supone la muerte de un hijo, de un hijo que no ha encontrado otra salida que quitarse la vida.
Entrevista con Cecilia Borràs, presidenta de Després del Suïcidi-Associació de Supervivents
Tengo 46 años. Soy doctora en Psicología. Estoy casada y tengo un hijo en el cielo, Miquel. Simpatizo con la izquierda. Creo en la energía de las personas. No hay dolor mayor que vivir el suicidio de un hijo. El suicidio es la primera causa de muerte entre jóvenes en Barcelona
Cómo era Miquel, su hijo?
Sociable, con buenos amigos, no se drogaba…
¿Qué edad tenía?
Tenía 19 años. Estudiaba diseño, tenía novia estable…
¿Cómo fue su último día?
Él y su novia dormían en casa, en la habitación de al lado. A las ocho de la mañana me asomé, les dije que me iba a trabajar…
¿Estaba todo bien?
¡Sí! Pero a media mañana mi hijo me envió un SMS: “T’estimo molt, a tu i al papa, ho sento pel que faré”.
¿Qué hizo?
Corrí hacia la estación de metro de Arc de Triomf, justo al lado de casa, porque desde allí estaba llamándome mi marido…
¿Y quién avisó a su marido?
La novia de Miquel, preocupada: habían discutido, se habían separado en el metro, y ella le llamaba al móvil y él no descolgaba…
Su hijo se había arrojado a las vías.
…
¿La discusión provocó el suicidio?
He aprendido algo importante: el que se suicida, lo hace porque no puede elegir.
¿Ah, no?
¡No hay libertad en el suicidio! Es una situación de sufrimiento extremo: esa persona no ve otra salida, no puede hacer otra cosa.
Pero habrá un detonante…
Mire, ese supuesto detonante no conduce en todos los casos a un suicidio, así que…
Pero, como padres, habrán buscado alguna explicación, eso es inevitable…
Sí, eso es lo típico: “¿Por qué? ¿Por qué?”, te preguntas ¡durante meses y meses! Y revisas cada detalle vivido juntos, y te preguntas qué has hecho mal, te sientes culpable…
¿Cuánto tiempo ha pasado ya?
Tres años y nueve meses.
¿Y han encontrado alguna respuesta?
Sí: no hay tal respuesta. No hay explicación.
¿Cuándo han dejado de preguntarse?
Cuando aprendimos a amar a Miquel entero, todo él desde que nació hasta que murió.
¿Final incluido?
Sí. Y puedo añadir otra conclusión: ¡no existe un dolor superior al suicidio de un hijo!
¿Y cómo está usted ahora?
Soy su madre, ¡y siento necesidad de que Miquel esté bien…! Ya le hablaba teniéndole en el vientre…, ¡y hoy sigo hablándole! E intento ayudar a supervivientes de suicidios.
¿Supervivientes?
El pariente que se queda aquí es también víctima de ese suicidio: padeces un shock postraumático, sobrevives con eso.
¿Qué le conviene a un superviviente?
Llorar. Sufrir: ¡no hay atajos! No doparse, no enmascarar ese dolor. No obligarse a comer si no apetece. Y acompáñale, tócale, dale calor. No cuchicheéis cerca de él: ¡lo oyes todo! Que el funeral sea una despedida completa. Y, sobre todo, no decirle tonterías.
¿Qué tonterías?
Frases hechas: “el tiempo todo lo cura”, “no somos nada”… No consuelan: ¡hieren!
¿Cómo fue el funeral de Miquel?
Hermoso: sus amigos grafiteros pintaron la caja de pino. Sonó su música, vimos sus fotos… La familia colaboró, fue una buena despedida: eso sí te ayuda.
¿Por qué no se habla del suicidio?
Aún se concibe como un desaire al Creador. ¡Pero es la primera causa de muerte no natural! Oficialmente, se suicidan unas 3.500 personas al año entre los 35 y los 45 años, pero seguramente son el doble, o más…
Eso son muchas personas…
En Barcelona, ¡el suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes!
¿Hay forma de prevenirlo, de evitarlo?
Difícil: en la mitad de los casos, la decisión se toma en la hora previa al suicidio.
Algo podrá hacerse.
Sólo estar atentos a cambios repentinos de conducta, a la tristeza, a comentarios como “acabaría con todo”, “me mataría”…
¿Y cómo reaccionar ante esa actitud?
Invitándole a hablar y ganar tiempo. ¡Siempre ganar tiempo! Los bomberos saben qué hacer cuando asisten a una tentativa…
¿Qué hacen?
Le llaman por su nombre, para ayudar a aflorar su “yo” profundo. Porque los que no logran suicidarse, coinciden: “¡no era yo!”
Tras una tentativa de suicidio, ¿se escarmienta o se reincide?
Hay un 30% de reincidencias.
¿El suicida suele dejar mensajes?
Sólo en un 10% de los casos. Pero permítame una corrección: si alguien muere de cáncer no le llamamos “canceroso”, por lo que no veo bien llamar “suicida” a un muerto por suicidio. ¡Qué injusto es adjetivar una vida entera con una sola palabra: “suicida”!
Entendido. Esta entrevista, ¿cree que podría incitar a alguien al suicidio?
Eso no está demostrado: siempre ha habido, hay y habrá suicidios. ¡Hablemos! Eso sí, evitemos aludir a los detalles morbosos.
¿Qué método es el más frecuente?
En las mujeres, la intoxicación por pastillas. En los hombres, arrojarse al vacío, al tren…
¿Haría algo diferente, si pudiese?
Escuchar a Miquel ¡con todo mi ser! cada vez que me hablaba de sus cosas.
¿Ha culpado a la novia?
No. Ella es víctima. Quiero verla muy feliz.
Cecilia ha fundado -con el respaldo de Carmen Tejada, del hospital de Sant Pau- la asociación http://www.despresdelsuicidi.org/, que ayuda a vivir a los supervivientes del suicidio de una persona querida. Los que acuden a sus “grupos de apoyo” -de seis a ocho personas- aprenden de los otros que ciertas emociones se repiten y que compartirlas proporciona algún alivio. Cecilia y su marido han ahondado en la cuestión del suicido a raíz del de su hijo, y están en disposición de ayudar a otras víctimas de la causa de muerte más común entre nuestros jóvenes.
ENTREGARSE A LA VIDA
Manuel Lajara, autor del blog http://confianzayvida.blogspot.com
“En cualquier momento todos podemos encontrar una paz maravillosa en la entrega. Por desgracia, solemos temerla porque es una renuncia y una derrota, un signo de debilidad. Pero no hay debilidad o dolor en la entrega. Por el contrario, hay alivio y fuerza cuando nos rendimos al conocimiento de que todo está bien, de que alguien se ocupa de todo”
“Puede requerir mucha fe imaginar que todo está bien en plena enfermedad o pérdida. Hasta en las pequeñas pruebas de la vida es difícil rendirse. Queremos controlar las situaciones, queremos que las cosas ocurran a nuestro gusto”
“La idea de que rendirse es positivo puede resultar difícil, hasta que comprendemos que gran parte de la vida debe vivirse con calma”
“No tenemos por qué estar siempre aferrados a un trabajo, a una relación, o a una situación. Podemos relajarnos, sabiendo que la vida se revelará como es debido”
“Ahora es el momento de rendirse, de dejar que el caballo nos lleve en la dirección que vaya, de nadar a favor de la corriente, no contra ella”
“El universo gobierna con absoluta perfección este complejo planeta de manera asombrosa, con todas sus flores, árboles, animales, vientos, luz solar y todo lo demás, y, no obstante tememos entregarnos a este poder”
“Nadie sabe realmente por qué ocurren los acontecimientos en nuestra vida. El problema es que creemos que deberíamos saberlo; pero vivir requiere humildad, porque la vida es un misterio. Todo se revelará en su tiempo oportuno”
“Al soltarnos, nos liberamos de los esquemas mentales de cómo deben salir las cosas y aceptamos lo que el universo nos presenta. Aceptamos que realmente ignoramos cómo deben ser las cosas. Los moribundos aprenden esto cuando contemplan su vida en retrospectiva. Ven que las situaciones ‘malas’ a menudo los condujeron a algo mejor, y que lo que creían que era bueno no era necesariamente lo mejor para ellos”
“La verdad es que no siempre sabemos lo que mejor nos conviene. Por esa razón tenemos que dejar de querer saber adónde nos llevará la vida, tenemos que dejar de empeñarnos en saber siempre lo que es correcto y abandonar el intento de controlar lo incontrolable. En esos momentos en que creíamos saber absolutamente lo que era mejor, luchábamos con espejismos. Nunca lo hemos sabido, y nunca lo sabremos”
“Hay una diferencia substancial entre entregarse y renunciar. Renunciar es levantar las manos en el aire y decir ante un diagnóstico de enfermedad terminal: ‘¡No hay esperanza, estoy muerto!’. Entregarse es elegir los tratamientos más adecuados y, si no funcionan, aceptar que nuestro tiempo aquí es limitado. Cuando renunciamos, rechazamos la vida que tenemos. Cuando nos rendimos, la aceptamos tal como es. Ser víctima de una enfermedad es renunciar. Comprender que siempre tenemos la posibilidad de elegir en cada situación, es entregarse. Alejarse de la situación es renunciar. Volverse a ella es entregarse”
“Rendirse a la vida ‘tal como es’ puede transformar milagrosamente las situaciones. Cuando nos rendimos, somos capaces de recibir. El universo nos da las herramientas para cumplir nuestro destino cuando dejamos que las cosas sean”
“Dejar que las cosas sean en vez de luchar constantemente para hacer que ocurran es un maravilloso regalo que nos hacemos a nosotros mismos. Si vemos nuestra vida en retrospectiva, nos daremos cuenta de que algunos de los mejores momentos y mayores oportunidades no fueron resultado de la lucha por arreglar las cosas. Parecen coincidencias afortunadas, como si ocurrieran porque nos hallábamos en el lugar correcto y en el momento oportuno. Así es como funciona la entrega, y así es como funciona la vida: sutilmente”
“La vida es demasiado breve, no sabemos cuál será nuestro último momento. Descubrir lo bueno en lo malo es una de las lecciones más provechosas”
http://confianzayvida.blogspot.com.es/2012/07/no-siempre-sabemos-lo-que-mas-nos.html
COMUNICACIÓN CON NUESTROS SERES QUERIDOS
Con este artículo de María Eugenia del blog: http://comunicacionentredosmundos.blogspot.com/
esta casa inicia una sección: “Ilustres Invitados”, donde se publicarán reflexiones de diversos autores que puedan aportar destellos de luz a nuestras vidas. Desde hace más de diecisiete años, María Eugenia, que tiene el don de la videncia, trabaja canalizando energía.
¿Es posible comunicamos con nuestros seres queridos ya fallecidos? La respuesta es un sí rotundo. Nuestros seres queridos que ya han fallecido, mandan mensajes y señales que si tenemos una actitud abierta podremos ser capaces de percibir con más o menos claridad.
Comprendo que a veces resulta complicado creer en ello y cuando sentimos que sus presencias están junto a nosotros, la mente es la primera en lanzar una señal gigantesca de alerta, ¿qué pasa aquí, estoy loca? ¿es tal mi deseo de sentirles que lo imagino? Y como éstas, surgen miles de preguntas que nos bombardean y preocupan. Indudablemente, es básico y fundamental ser realistas y tener los pies bien aferrados al suelo.
He pensado que estaría bien hablar sobre dos de las maneras más comunes, que no únicas, en que se manifiestan nuestros seres queridos tras su fallecimiento, como son los aromas y los sueños.
A lo largo de mi vida, he vivido y escuchado muchas historias en las que los seres que se han ido, han establecido contacto con sus familiares, amigos o allegados. Los motivos de estas comunicaciones son varios, despedirse, saludar, avisar e informar sobre un tema, dar información…
Podemos notar su presencia al oler su perfume, el aroma que les identificaba. Normalmente el olor aparece brevemente apenas dura unos segundos, lo suficiente como para reconocerlo y asociarlo a la persona que se ha ido. Sigue leyendo
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