AL SOL
Tal vez tengas que hacer un salto al vacío, empujada por ese cambio repentino, ese tsunami de emociones incontrolables que te invaden sin previo aviso. Tal vez nunca antes te habías enfrentado a la intensidad de esa incertidumbre, de esa desgarradora soledad…
Si tu vida está descontrolada, si nada es como antes, es, a mi entender, el momento de pensar menos y sentir más. Cuando murió mi hijo Ignasi, a mi me fue bien agarrarme a lo esencial. Crear paréntesis, refugios, guaridas en donde reposar.
Descubrí la suavidad, la bondad de dejarme mecer por la calidez de un ratito al sol, sin otro propósito de sentir la caricia de la brisa. Sí, antes había tomado el sol, sí, pero no era lo mismo. ¿Qué es o que hacía, en mi, diferente lo esencial?
Creo que, por primera vez, y por pura supervivencia, empecé a tomar consciencia de lo que me sostenía y lo que no. Qué me daba energía y qué me la quitaba. Entendí con el corazón que una cosa era saber y otra comprender desde el alma. Cambió mi escala de valores.
Y, desde entonces, me he equivocado mil veces y más. Pero mi objetivo sigue siendo morir en paz, con el corazón abierto, recordando el amor que he tenido la suerte de dar y recibir.
Mercè Castro Puig
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«VOLVER A VIVIR»
«PALABRAS QUE CONSUELAN»
«DULCES DESTELLOS DE LUZ
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Óleo de Nikoletta Király.
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